Las historias shonen tienen una serie de elementos que las hacen fácilmente diferenciables de cualquier otra obra manga. El protagonismo de un chico que se ve en una encrucijada, el antagonista hacia el que existe cierto complejo de amor-odio, la lucha entre ambos poderes del «bien» y el «mal» y las circunstancias que llevan al chico a tratar de mejorar y superar la adversidad. Entre tanto, una serie de personajes secundarios, entre los que suele haber una chica y otro chico que posee un gran temperamento y confianza en sí mismo, mueven los hilos de una historia mejor o peor construida.
Son, de algún modo, premisas básicas de toda historia publicada en la Shonen Jump y revistas de la misma demografía.
Assassination Classroom es una de esas historias. Cuenta con todos y cada uno de los elementos que cabría esperar antes y después de leer este primer tomo editado por Panini Cómics.
La historia de Yusei Matsui no escatima en dejar claro desde la primera página que no ha llegado hasta tus manos para ofrecer nada innovador o fuera de lo común. Como cualquier manga medio de la Shonen Jump, se conforma con responder ante un público poco exigente en cuanto a la complejidad de la historia — no por ello despreciable.
Podríamos decir incluso, que Assassination Classroom va un paso más allá, logrando coger los elementos más pordioseros del manga shonen y juntándolos en una historia cogida con pinzas con un dibujo totalmente falto de carisma. El paso de sus páginas no es más que una mera excusa para llegar al final del tomo y volver a colocarlo en la estantería.
Falla de principio a fin. El uso de los materiales shonen roza lo absurdo, llevando su simplicidad argumental a un nivel francamente lamentable, en un intento por justificar la presencia de un aparente extraterreste que hace las veces de profesor y aniquilador del mundo. Los elegidos para ser alumnos, la clase de repudiados de un instituto a la que las autoridades han puesto bajo cuarentena.
Las apariciones de unos y de otros a lo largo del primer tomo no hacen sino confirmar la escasez argumental de Assassination Classroom, que no duda en colocar gags a diestro y siniestro en un intento por salvar la situación — son, eso sí, la parte más divertida del manga; a falta de pan buenas son tortas.
Korosensei es, por su parte, la figura que logra mover todo el manga. El personaje da algo de consistencia a la historia, con cierta combinación entre el misterio que encierra —el porqué quiere cargarse la Tierra tras hacer lo mismo con la mitad de la Luna— y su faceta más «malvada» con otra totalmente irreverente.
En cualquier caso, da la sensación que Matsui no parece tener muy claro hacia qué lado de la luna quiere dirigir su historia, si hacia la pequeña parte que queda en órbita tras el ataque de Korosensei o hacia la que se ha derruido antes de empezar; en general, falta de seriedad reflejada en importantes inconsistencias que espero, sepa resolver en próximos tomos.
Fundador, redactor jefe y editor de Deculture.es. Jugón desde la vieja escuela, amante de JRPGs y SRPGs, a poder ser de estilo clásico. Lector de cómics, amante del manga clásico.

- Un manga para leer del tirón sin mayor pretensión que esa: Leer un manga.
- Korosensei tiene puntos bastante divertidos.
- La historia se cae por su propio peso, sin un claro objetivo al que atenerse.
- El dibujo de Matsui es muy simplón. A veces, incluso deforme.