El 2014 ha sido un año apasionante en cuanto a la publicación de manga en nuestro país. Autores y obras de todo tipo se han ido sucediendo a lo largo de los meses, dando lugar a un año muy disputado en cuanto a nivel de calidad. Pero hoy no nos centraremos en el guión o el dibujo, sino en esas obras redondas capaces de destacar en cualquier aspecto independientemente del método empleado para su elaboración.
Obviamente no es fácil elegir cinco obras con las que quedarse de este 2014, y como era demasiada responsabilidad, le hemos pedido a cinco personas bastante puestas en el mercado de cómic español que decidan por nosotros. Los resultados son muy variados y de la máxima relevancia; sería fatal dejar pasar alguno de ellas.
Solanin (Inio Asano) – Marc Bernabé
Solanin de Inio Asano me parece uno de los mejores mangas editados en este 2014 porque personalmente ha sido una de las obras que, tanto al leerla como al traducirla, han conseguido provocar sentimientos intensos en mí, algo que me ocurre con muy poca frecuencia.
El paso de la posadolescencia a la edad adulta, las dudas e inquietudes propias de esta edad, están narrados de forma excepcional por un Inio Asano que no solo consigue transmitir sentimientos mediante un acertado guión muy cargado de energía sino que además combina esos magníficos textos con un dibujo precioso.
Norma ha hecho un gran trabajo con esta edición, y además ha tomado la acertada decisión de juntar los dos tomos de los que se componía originalmente en un solo volumen de unas 400 páginas.
Para más detalles sobre mi propia sensación al leer este manga, antes de saber que se licenciaría en España y que además tendría la suerte de traducirlo, podéis leer la reseña que escribí para mi blog MangaLand.
Los dioses mienten (Kaori Ozaki) – Raúl Izquierdo
2014 ha sido el año de la irrupción de Milky Way Ediciones en el mercado manga español. De su refrescante catálogo, me quedo con Los dioses mienten.
En este tomo se narra la floreciente amistad entre Natsuru, al que las niñas del colegio hacen el vacío, y Suzumura, una solitaria compañera de clase, durante el verano. Lo que parece una historia sencilla inicialmente, esconde un trágico drama familiar cuyos detalles van saliendo a la luz conforme se estrecha esa relación.
Envuelto por el tranquilo ritmo narrativo y un agradable grafismo, uno vive intensamente el amargo verano de aprendizaje de los dos chiquillos. Enseguida coges cariño a Natsuru, quien de golpe descubre que la vida no es un camino de rosas, y a Suzumura, obligada a hacer “lo que hay que hacer” mientras aguarda un futuro mejor que nunca llega.
Los dioses mienten ofrece una lectura emotiva, áspera hacia su recta final, que elude un sentimentalismo barato que no necesita, porque te conquista siendo natural. Quizás esa honestidad sea el motivo de su éxito.
Vivíamos entre las flores (Seiichi Hayashi) – Álvaro Pons
En Antología Terry (Fulgencio Pimentel).
Hay en toda la obra de Hayashi una cadencia lenta, arrastrada, que descompone la página en una composición poética de lirismo contenido pero desgarrado. En Vivíamos entre las flores, ese ritmo se empapa en la historia para formar parte de él, de forma íntima e indivisible, transformando este relato de la relación de un hijo con su madre en una canción desesperada ante lo inevitable.
Como en Elegía Roja, Hayashi bebe del cine de Resnais y de la literatura de Oe o Inoue para hablar de la resignación ante un futuro conocido, espantosamente seguro en su vacuidad. Y, de nuevo, compone su poema con trazos sencillos que contrastan con los violentos cromatismos, con personajes que no sostienen la mirada del lector y le roban su cara, con sus escenarios de vitalidad inquietantemente estática. Elementos hilados con perfección para crear una obra de conmovedora belleza e amargo poso.
Henshin (Ken Niimura) – Oriol Estrada
Es posible que el magnífico “Henshin” de Ken Niimura no aparezca en muchos TOPs de manga del año. No porque no sea bueno – lo es muchísimo, no os quepa duda alguna de ello -, sino porque la mayoría ni siquiera lo considerarán “manga”. Breaking news: es manga. De hecho, más manga que algunas cosas que consideráis manga. Y como decía, es bueno.
A pesar de llevar varios años de trabajo en las espaldas, Ken Niimura sigue mejorando sus capacidades artísticas, además nos demuestra que su cabeza está llena de historias fantásticas, todas ellas distintas y originales, pero con algo en común: el cambio (“henshin” significa “transformación”). Y si alguien puede hablarnos del cambio, la transformación, la adaptación, este es Ken, ya que su carrera se ha basado precisamente en eso, en adaptarse a nuevos entornos. Y a pesar de todo, Ken es Ken, siempre.
Un estilo propio, único, que es capaz de ofrecerte una historia íntima, cercana, cotidiana, o llevarte de la mano a un mundo fantástico al más puro estilo Ghibli. Por su originalidad, creatividad, guiones con giros sorprendentes y capacidad artística, “Henshin” es para mí uno de los mangas del año 2014. ¿No te lo crees? Compruébalo.
Seraphim (Mamoru Oshii, Satoshi Kon) – Laura Montero
Una de las gratas noticias que nos ha traído 2014 ha sido la traducción al castellano de Seraphim ·266613336WINGS·, obra co-escrita por dos figuras prominentes del anime: Mamoru Oshii y el desaparecido Satoshi Kon. De la mano de Planeta Cómic, la edición de este manga de culto nos ha sorprendido gratamente por su cuidada factura, réplica de la versión japonesa. Tapa dura, díptico a color y diseño de personajes son algunos de los puntos fuertes de Seraphim, si bien el principal atractivo es la historia en sí misma.
A partir de una idea original de Oshii —en la que se aprecia el toque del autor así como la incorporación de uno de sus fetiches en el personaje de Gaspar—, Kon desarrolla un complejo y apocalíptico relato de ciencia-ficción. Sin embargo, a pesar del peso narrativo del primero, también despunta rasgos distintivos del propio universo de Kon, combinación que otorga un valor añadido a la propuesta. Seraphim ·266613336WINGS es en definitiva una obra fundamental editada con un gran esmero. En este sentido es de agradecer la inclusión del epílogo de Takashi Watanabe, donde el lector encontrará las claves para entender la gestación y progresión de esta joya inconclusa.
Licenciada en Comunicación Audiovisual por la Universidad San Pablo CEU y Doctora en Historia del cine. Obtuvo el DEA en el año 2004 con el trabajo de investigación titulado Trazos en el Tiempo: Recorrido por la Historia del Anime. Ha publicado El mundo invisibre de Hayao Miyazaki, adaptación editorial de su tesis doctoral en torno al cine de animación japonés.