No resultan tan sencillo analizar un plataformas del fontanero más conocido de los videojuegos y Super Mario 3D World no va a ser una excepción. En primer lugar, porque siempre vamos a tener asumido que el archiconocido héroe no va a defraudar en diversión. En segundo, porque hemos interiorizado que este tipo de títulos no va a tener una historia más allá de «salva a la princesa (o en este caso, a las hadas) de las garras de Bowser». No obstante, la última entrega del antaño Jumpman en Wii U ha dado mucho que hablar desde su primer esbozo.
Me refiero, cómo no, a su anuncio en el E3 del año 2013. Un tráiler que decepcionó más que encandiló, siendo tachado inmediatamente de una continuación megavitaminada de su predecesor inmediato, Super Mario 3D Land de la portátil Nintendo 3DS. Con multijugador, sí (algo que no habíamos visto en un juego 3D de la franquicia) y, citando al más que conocido capítulo de Los Simpson, «con un sombrero nuevo«. El de gato, concretamente.
Por suerte, no tardó en enamorarnos con un segundo vistazo. Un precioso tráiler con las novedades y unos diseños de nivel que nos sorprenderían. Y de hecho, eso será en lo primero en lo que me pararé a habar en mi análisis.
Durante los casi cien niveles principales del juego será rara la vez que veamos un concepto repetido. Algunas mecánicas, como el montar en el dinosaurio acuático Plessie o tener que ir en búsqueda de llaves para abrir una caja teletransportadora aparecerán en varias ocasiones, pero la luz que se les arroja nos harán sentir que desde el principio hasta el final del juego no nos podremos librar de sorpresas, salvo muy contadas excepciones en los mundos extra.
Por otro lado, a ese centenar de ingeniosos niveles se les añadirán otras pequeñas pruebas como las cajas sorpresa (que repiten del juego de 3DS, salvo que en esta ocasión cuando las encontremos fuera de los niveles se nos presentarán en sucesiones rápidas que habremos de encadenar), enfrentamientos contra enemigos duros (en diversidad de situaciones) y ciertos niveles protagonizados por el capitán de la cuadrilla Toad (tan bonitos y bien planteados que han hecho a su protagonista ganarse un juego propio).
Para dotar de un tanto de dificultad extra al asunto, habremos de coleccionar estrellas verdes (a falta de las clásicas monedas estrella de los juegos bidimensionales) y sellos que podremos usar en nuestros mensajes de Miiverse, así como alcanzar el punto más alto del banderín para desbloquear contenido extra. Para alcanzar el 100% del título, habremos de completar los niveles con los cinco personajes del título (Mario, Luigi, Peach, Toad y un último desbloqueable), lo que si no estás jugando en cooperativo puede tornarse tedioso y una expresión descarada de longevidad artificial en un título cuya gran rejugabilidad no la necesita.
Sus novedades jugables no son pocas. Aparte de los ya mentados tipos de nivel presentados, nos encontraremos con nuevos poderes (traje de gato, una cereza que «clonará» a nuestro personaje para resolver puzles a base de poder humano, cañones, cajas de luz…), pero lo que destaca por encima de todo lo demás es la implementación del multijugador. Lejos de ser el infierno de zancadillas que pudo ser New Super Mario Bros. (o su secuela de Wii U) en este título la colaboración es mucho más orgánica, si bien nos permite hacernos la puñeta entre los cuatro amigos que nos sentemos a jugar. De hecho, lo fomentará dándonos una corona por la que competir (y que podremos quitar a nuestros compañeros a base de golpes) y con un contador de puntos al final de cada uno de los niveles.
La implementación del Wii U Gamepad (el tabletomando para los más profanos) está bien, pero no acaba de destacar en el título. Podrá servir como modo de ayuda (ya sea para hacer la vida más fácil si eres el primer jugador o si quieres dejar al sobrino aguantándote los enemigos sin molestar mucho) o para desvelar secretos ocultos a simple vista pulsando lugares sospechosos o soplando al micro. No es la panacea, y títulos como Rayman Legends lo hacían francamente mejor, pero no deja de ser una ayuda al torpe y totalmente opcional.
Gráficamente es precioso. Y lo dejaría en esa línea, puesto que no hay necesidad de decir más, pero esto pretende ser un análisis en más profundidad y tendré que justificar mi propuesta. Desde los tiempos de la Wii ha existido una regla sobre los juegos de Mario. Por algún motivo, un juego del fontanero se verá tan bien como se vean las escamas de Bowser. Y aquí, como podéis comprobar en la captura, se ven más lustrosas y detalladas que nunca.
Uno de los mayores responsables de mi opinión tan directa sobre los gráficos es la iluminación de cada uno de los niveles, que nos dejará con la boca abierta, especialmente en los que incluyan luces de neón o focos. El maravilloso y único diseño de niveles también colabora a que todo se vea vivo y con elegancia, y los efectos son tan detallados que un pequeño soplido en el micrófono del mando hará que la hierba se mueva con suavidad.
Por otro lado, el apartado sonoro vuelve a sorprendernos. Muchas composiciones nuevas, remezclas de las antiguas, e incluso alguna fusión de lo nuevo y lo viejo. Hasta el más mínimo efecto de sonido está tremendamente cuidado y las voces de Charles Martinet y compañía vuelven a quedar como un guante al plataformas más famoso.
En resumen, Super Mario 3D World es lo que siempre se espera de un juego del equipo EAD de Nintendo: diversión a raudales, un gran diseño y un buen aprovechamiento de lo que la consola puede ofrecer. Ya quieras jugar solo, con amigos o con gente que quiera arriesgar su amistad a los mandos de la Wii U, es un imprescindible de tu librería.
Let’s-a-go!
«Mi título dice que soy Ingeniero en Telecomunicaciones. Mi puesto de trabajo, que soy desarrollador de software. Pero mi corazón me hace creativo.»
Y es que no podía comenzar a escribir estas líneas sin parafrasear la célebre cita de Satoru Iwata que tan bien define mi dualidad y, ya de paso, mi amor por el mundo del videojuego.

- Variedad inmensa de niveles
- Gran implementación del multijugador
- Banda sonora de las que perdurarán
- Diversión a raudales
- No necesitaba longevidad artificial
- Podrían haber dado más del Gamepad