Por ponerlo de forma clara y concisa: me encantó Super Mario 3D World. Y me tomaré la licencia de citarme en mi propio análisis para contar por qué Captain Toad: Treasure Tracker me parece una tan buena idea.
Y ciertos niveles protagonizados por el capitán de la cuadrilla Toad (tan bonitos y bien planteados que han hecho a su protagonista ganarse un juego propio).
Y aquí estamos frente a ese juego. Si ya el concepto que se nos presentaba en los niveles extra del fontanero era brillante de por sí mismo, verlo expandido en un tráiler en aquel mágico E3 2014 me hizo levantar la curiosidad por el juego.
Pero en esta ocasión no me dedicaré tanto a hablar de cómo llegué a encandilarme por el juego antes de tenerlo en mis manos, ya que intenté mantenerme alejado lo más posible (o al menos, todo lo que te permite estar tan metido en el mundillo de los videojuegos). Había probado el concepto y no necesitaba más. ¿Estaría a la altura?
Y vaya que si lo estaba. Tras una no demasiado larga actualización que añadiría un soporte amiibo que, en mi opinión, es totalmente prescindible (añade un nuevo objetivo a cada nivel en el que tienes que encontrar un Toad pixelado si cuentas con el amiibo del protagonista y, si pasas otras figuras distintas, obtienes vidas extra), arranqué el título.
Por supuesto, no tardé en ver que desprendía cantidades industriales de lo que en algunos foros de Internet denominan majia (para los menos versados, el característico y carismático «saber hacer» de Nintendo). Si bien gran parte (que no todo) del material gráfico y la música había sido vilmente fusilado de la aventura del rechoncho fontanero, llega un punto en el que no te importa, ya que le saben aplicar una luz totalmente distinta gracias al cambio de estilo.
Hasta el más inútil de los goomba es un peligro para nuestros protagonistas, que sólo podrán usar su cabeza (y, si giras mucho, su mochila) para salir ilesos de la expedición. Expedición en la que tendrán que, como poco, hacerse con tres diamantes, una estrella dorada y completar un objetivo secundario. Por desgracia, este objetivo no se mostrará hasta que no completes el nivel por primera vez y, en ocasiones, es incompatible con la recolección de gemas, por lo que tendrás que repetir los más de 70 niveles en más de una ocasión.
Pero personalmente, no me importa. El diseño de dichos niveles está tan cuidado que muchas veces cumplir con el objetivo y llevar a cabo la recolección son dos tareas totalmente distintas que te harán exprimirte la materia gris. Otras, en cambio, se limitarán simplemente a esconderte muy bien algo invisible que te llevará a tirar el gamepad contra la televisión o a hacer una rápida búsqueda en GameFaqs. No puedo decir que me gusten esas prácticas, pero el generalmente brillante diseño es capaz de hacer que lo perdone.
Brillante y variado, todo sea dicho. A veces, rescata las clásicas mecánicas de algunos niveles de Mario (bloques que cambian de lugar al ritmo de la música, deslizarte por tuberías e incluso niveles totalmente reciclados del último título del fontanero con un pequeño giro de tuerca) mientra que otras trae ideas totalmente frescas (por ejemplo, niveles en los que llevarás una vagoneta desde la que disparas nabos). Una delicia jugable desde el primer al último mundo.
Otra de sus virtudes es la agilidad, en general, de los niveles. Un par de minutos bastarán para completar la mayoría, por lo que siempre podrás echar una partida corta… Si no caes en la maldición de «sólo uno más». Pero desde aquí abogamos por tu fuerza de voluntad, así que ¡tú puedes!
Y para los jugones más exigentes cuenta con niveles extra en los que tirarte de los pelos. ¿Consideras difícil que no te golpeen llevando sólo un Toad? ¡Prueba con cuatro! ¿Quieres tomarte tu tiempo en pensar cómo completar los puzles? No podrás hacerlo si te persigue una copia.
Sobre el apartado técnico no hay gran cosa que podamos decir más allá de que es el mismo que en Super Mario 3D World, quizá con un par de modelos y temas musicales nuevos.
Si estáis en la cuerda floja, no dudéis: Captain Toad: Treasure Tracker es un juego tan digno como cualquier otro del catálogo y una gran adición a vuestra estantería. Que la etiqueta de precio reducido no os engañe: es, y se convertirá, en un clásico de la marca Nintendo.
«Mi título dice que soy Ingeniero en Telecomunicaciones. Mi puesto de trabajo, que soy desarrollador de software. Pero mi corazón me hace creativo.»
Y es que no podía comenzar a escribir estas líneas sin parafrasear la célebre cita de Satoru Iwata que tan bien define mi dualidad y, ya de paso, mi amor por el mundo del videojuego.

- Variado y rejugable
- Lleno de carisma y amor
- Cuidado al detalle
- A veces, es algo injusto
- Se puede quedar corto si no vas a por el 100%