Crónica: Expomanga 2016

Lo mejor y lo peor del evento

Durante el 6, 7 y 8 de mayo se celebró uno de los eventos de cultura japonesa más importantes de nuestro país, el Expomanga 2016 de Madrid, en el IFEMA. Si bien el año pasado la organización tuvo problemas de aforo y de actividades, creemos estar de acuerdo en que esta vez ha sabido solucionar buena parte de estas dificultades.

Uno de los puntos más fuertes, sin duda, fue la gran cantidad de eventos, que casi no daban tiempo de descanso entre actividad y actividad. El más destacado fue, sin duda alguna, la visita oficial a España de Masasumi Kakizaki, autor de obras como Hideout o Bestiarius, que ofreció una entrevista a la prensa (incluyéndonos a nosotros) y varias firmas que provocaron filas de seguidores ansiosos por conocerle. Por otro lado, el escenario principal se llenó en numerosas ocasiones para ofrecer ese intercambio cultural que se espera en esta clase de eventos. Destacamos el concierto de taiko en el que cuatro mujeres, tres de ellas asiáticas, tocaron con gran ritmo los tambores y sorprendiero cuando hubo bailes para acompañar algunas de estas melodías. La idol Ruki Chan dio un concierto y deleitó con su voz y sus bailes a cientos de fans que rodearon el escenario mientras entonaba temas clásicos para los amantes del anime japonés.

El cosplay fue un punto muy fuerte, como no podía faltar al ser uno de los pilares de esta clase de eventos. Algunos más simples, otros más complejos, pero todos realizados con mucho cariño y esfuerzo. Tuvimos la oportunidad de hacer bastantes fotos a los cosplayers de manga japonés,  cómic americano y series de televisión tan conocidas como Steven Universe, Hora de Aventuras o la querida Avatar: La Leyenda de Aang. Sin embargo, la saga que ha triunfado este año ha sido, sin duda alguna, Star Wars.

No podemos dejar de mencionar a los ilustradores españoles que participaron en eventos secundarios. Estos lograron reunir a mucha gente para apreciar la creatividad en directo en la competición de dibujo que acabó ganando HellyonWhite. Esta artista, junto a muchos compañeros de su mismo negocio como Noiry, pasaron el evento en stands de un bien concurrido Artist Alley ofreciendo sus obras al público.

Eso sí, a pesar de tener bastante espacio, la distribución de stands era tan caótica que habría infundido temor al más poderoso de los JoJos. Quedamos a la altura de Zoro Roronoa al perdernos constantemente por más que intentábamos orientarnos con un mapa que acabó por no ser muy útil.

Tanto el viernes como el sábado tuvimos la oportunidad de entrevistar a varias caras importantes de la industria del cómic y manga, tanto españoles como del país de oriente. Las salas donde se realizaban las entrevistas estuvieron bastante bien ambientadas y organizadas, y se ofrecieron agua y aperitivos. Con Lolita Aldea y Xian Nu Studio nos sentimos muy cómodos y salimos satisfechos de ambas entrevistas. Lamentablemente el encuentro con Masasumi Kakizaki hubo de ser compartido con otros medios y no obtuvimos la misma sensación.

Desde esta casa destacamos dos charlas: por un lado la de Mitsuki Hayashi, modelo española con gran experiencia en el mundo de la moda coreana y japonesa y, por otra, la de las granadinas de Xian Nu Studio. Hayashi dio primero un gran número de consejos para el uso correcto de la cosmética coreana y, luego, un repaso a los distintos estilos y modas de ropa en Japón. Las Xian Nu ofrecieron una charla privada en la que promovieron sus trabajos pasados, como Corazón de Melón o algunos one shot de concursos. También fue la ocasión de conocer su próxima serie larga, ChanPrin.

Cabe subrayar, con todo, un par de fallos que no podemos dejar pasar, como la precariedad de la sala de proyecciones:

El domingo acudimos a la charla del equipo de Kofi! y aprovechamos para ver una proyección de Digimon Adventure tri mientras hacíamos tiempo. Nuestra sorpresa fue bastante ingrata al encontrarnos que el aforo máximo era de sesenta personas, lo cual se tradujo en poco espacio y bastante calor. Los miembros del equipo, por suerte, nos encontrábamos en primera fila  (ya que durante la proyección previa, al estar en filas traseras, era imposible leer los subtítulos), pero aun así sufrimos los problemas de insonorización. El acolchado que convertía la sala en una sauna no hacía bien su trabajo de acústica: oíamos más las actuaciones del escenario externo que el audio de la película. Más tarde, el autor alicantino sufrió por el poco material del que dispuso, lo que redujo bastante la dinámica del equipo de doblaje que realizó una demostración de su trabajo.

Sin embargo, la conclusión final es satisfactoria. Este año el Expomanga cerraba orgulloso su edición 2016 con más de 50 mil visitantes. Gracias al cambio de localización, parece que el aforo ha sido más que aceptable y no hubo sensación de agobio en ningún momento (incluso el sábado, el día cumbre, no hubo demasiado problema a la hora de visitar los stands), y la organización ha sido mucho mejor que otros años. Nos vamos con esperanzas de que, en el próximo Expomanga, se solventen estos problemas que nos impidieron disfrutar de una experiencia completamente redonda.