Las desventuras del amable príncipe de Pars continúan. La semana anterior terminamos La heroica leyenda de Arslan con el protagonista entre la espada y la pared por mano de su propio padre, que ahora lo ve como una amenaza y desea librarse de él. Ahora podremos ver cuáles son las reacciones del príncipe y sus fieles compañeros.
Comenzamos con el príncipe Hermes, que persigue a los templarios de Bodin para recuperar la espada robada del antiguo héroe. En medio de su persecución se topa con una pequeña comitiva atacada por ladrones y protegida por un miembro del clan Zot. Dentro del carro está la princesa Irina del destruido reino de Maryam, que también era fiel, de una forma menos ortodoxa, a la misma fe que los lusitanos. Hermes decide ayudar y acaba rápidamente con la amenaza gracias a sus grandes habilidades con la espada.
Irina tiene un pasado común con Hermes, pero este no tiene intención de retomar viejos lazos y no reconoce ante esta que es el príncipe. No se considera digno de presentarse ante ella como tal, no hasta que haya recuperado el trono. Se aprovecha este momento para contarnos un poco más del duro pasado de Hermes, traicionado —parece que es algo que va en la sangre de este hombre— por su tío Andrágoras y rescatado por los miembros de un siniestro clero. Estos se muestran dispuestos a cuidarlo y fortalecerlo para que su venganza traiga el caos. De momento, parecen estar cumpliendo su objetivo y con creces.
Hermes vivió desde entonces en el reino vecino de Maryam, en la casa de un noble, donde conoció a Irina. Ambos son rechazados, él por ser un chico huraño y herido (además de que nadie puede descubrir que es un príncipe que se supone que ha de estar muerto) y ella por ser ciega —a pesar de ser princesa, está encerrada y exiliada de la corte—lo cual se considera un mal presagio. Poco a poco van desarrollando una relación más estrecha y parece ser la única que le otorga algo de sosiego. Hasta tal punto confía en ella que le confiesa su identidad y prometerle que la liberará cuando se convierta en rey.
El mago que lo salvó en su momento incita de nuevo las llamas del odio y Hermes se ve traicionado una vez más. En esta ocasión por su supuesto protector, que lo vende a los lusitanos junto a la princesa Irina. El traidor no valora, sin embargo, la habilidad de Hermes, que consigue salvarse y proteger a Irina… Para luego partir a la venganza. Acto seguido se vuelve al presente y averiguamos que Bodin y los templarios están en Maryam, buscando apoyos. Ya conocemos el camino que tomará Hermes a partir de ahora.
Es una lástima que la narración del pasado de Hermes sea tan apresurada y resulte muy genérica: un chico que busca venganza y deja todo de lado, incluso el amor, consumido por un odio irracional. Lo único realmente interesante es ver cómo lo han estado manipulando desde las sombras. Quizás si se le hubiera dedicado un capítulo entero al flashbacks habría resultado más compacto. En cualquier caso, nos despierta una serie de preguntas interesantes. ¿Hasta qué punto Hermes es una figura digna de lástima? No busca la fama, sino un derecho que cree que le pertenece. Pero nosotros estamos siguiendo la historia de un muchacho amable que no quiere el trono y, aun así, está dispuesto a aceptarlo para hacer el bien. Hermes, en cambio, es capaz de destruir Pars con tal de obtener lo que considera que es suyo. Su venganza, como bien sabían quienes le salvaron, es terriblemente destructiva.
Volvemos, por fin, a quien más nos interesa en este momento: Arslan. Andrágoras no solo quiere que parta de inmediato al exilio, sino que lo despoja de sus hombres más valiosos, Daryun y Narsus. Vemos, además, que Arslan debe partir solo… Lo cual es una absoluta locura. Si había alguna duda sobre que no es su hijo, esto parece confirmarlo ya que promete ser una muerte muy directa para el Príncipe Heredero. Pars no es un reino pacífico. Si se chocara con lusitanos o enemigos, sería el fin para él. Y su madre, si es que lo es, ni se ha mostrado para despedirse de él. Arslan, con todo, trata de no odiar a su padre
Sin embargo, los compañeros de Arslan le son leales y no dudan en quemar los establos de la fortaleza para poder escapar y alcanzarlo. Hasta Azrael sabe dónde está su fidelidad. Daryun en particular antepone la seguridad del príncipe a cualquier otra cosa, en parte por la promesa que le hizo a su tío y también por propia voluntad. El caballero negro debe enfrentarse a Kishward, que le cierra el paso, pues se considera más fiel a Pars, es decir, Andrágoras, que al príncipe. Es una pelea bastante bien hecha, el sonido pesado de las armas da gusto, pero no es una escena que tenga demasiada extensión y se resuelve con mucha rapidez. En cualquier caso, nos regalan una sonrisa de alivio de parte de Kishward cuando confirma que el príncipe no estará solo.
Sin duda la parte más intensa del capítulo es la reunión entre los compañeros. Vuelven a los comienzos, a tener que buscarse solos la vida. Pero Arslan sabe que puede confiar en ellos y Pars, aunque sigue en peligro, no está al borde del desastre. Ya consiguió una vez lo imposible. Lo volverá a hacer.
En definitiva, se trata de un episodio emocional en todos los flancos pero que, lamentablemente, tampoco da ninguna escena memorable. Ya conocemos las dinámicas de los personajes que giran alrededor de Arslan y no se nos ofreceuna reafirmación de lo que sabemos. En cuanto a la nueva entre Irina y Hermes, tampoco se toca más que en los aspectos más superficiales. Teniendo en cuenta la escasa extensión de la serie, podría haberse aprovechado mucho, aunque comprendo que hay que ser breve.
En el próximo capítulo conoceremos a un pariente de Narsus que promete ser muy importante y uno de los principales jugadores del nuevo tablero. ¿Cómo será la relación entre ambos?
¡Ánimo Arslan! ¡Sólo quedan 49.993 hombres por reunir!
Redactora de artículos variados (Neon Genesis Evangelion, Utena, Nier Automata, Berserk, D.Gray-man) sobre worldbuilding, personajes o narrativa. De vez en cuando alguno de opinión. Tengo un blog donde hago lo mismo pero con libros.
La heroica leyenda de Arslan
La heroica leyenda de Arslan es una serie de novelas fantásticas de Yoshiki Tanaka. Cuenta con dos adaptaciones al manga, una en 1991 de manos de Chisato Nakamura y otra de Hiromu Arakawa, la renombrada autora de Fullmetal Alchemist, en 2013. A partir de este último se ha realizado una al anime de mano de Liden Films, si bien ya existía otro en formato OVA también de los años 90. La historia sigue las desventuras del príncipe Arslan, heredero de la corona del rico reino de Pars, que súbitamente se ve obligado a luchar por liberar a su reino y salvar a sus padres de la invasión de los radicales guerreros lusitanos.
Con una serie de compañeros de lo más variopintos, que van desde el mejor guerrero del reino, su viejo amigo, un pintor fracasado pero increíble estratega y hasta la hija de un merecenario, Arslan debe proteger Pars de las invasiones exteriores de los reinos de Sindhura y Turan, jugando con las alianzas políticas, mientras intenta encontrar una forma de retomar la capital Ecbatana. En su camino se interpondrá el misterioso hombre de la Máscara de Plata, que desvelará muchos secretos del pasado de la familia real, así como los oficiales lusitanos. Pero no todo es blanco y negro y Arslan encontrará que hay muchos parsianos deleznables y lusitanos que no actúan tan movidos por la maldad como por el fanatismo.
Mientras que buena parte de la primera temporada toma como referencia el guión del manga de Arakawa, en la segunda ya se siguen directamente las novelas de Tanaka.
Su adaptación más reciente a formato anime se estrenó en abril de 2015 y en julio de 2016 comenzó la segunda temporada con Liden Films y Sanzigen (sustituido en la segunda temporada por Felix Film) como los responsables de la adaptación. Ambos se han licenciado en España gracias a Yowu Entertainment. El manga de Arakawa, por su parte, llegó a España en 2015 con Norma Editorial.