El segundo tomo de La heroica leyenda de Arslan, la reseña del primero lo podéis encontrar aquí, nos presenta a uno de los personajes más interesantes de esta historia: Narsus. Noble desterrado y con unos ideales extraños para su época, es uno de los mejores estrategas de Pars y también un pintor terrible capaz de traumatizar a un alma tan bondadosa como la de Arslan con una sola mirada. Fue capaz, gracias al uso de rumores, de destruir la alianza de tres grandes reinos que pretendían luchar contra Pars sin perder ni un soldado. Sólo su gran sentido de la justicia combinado con una lengua demasiado afilada hundieron su carrera y lo condenaron a un exilio del que no parece muy dispuesto a salir. Y es el deber de Arslan intentar que le preste su ayuda.
Lo cierto es que esto es casi todo lo que vamos a ver de Arslan en este tomo y es una lástima. Aun así, nos da una evolución del personaje lenta pero constante. Arslan ya nunca será ese príncipe inocente de antes de la batalla de Atropatene. Ahora es consciente de lo poco que tiene, de lo mucho que depende de Daryun y que tiene que aprender como sea todo lo que se le exige a un príncipe si pretende salvar Ecbatana.
Pero su evolución se diluye porque la mayor parte de la historia se centra en aquello en lo que se nota que Arakawa está más cómoda: soldados haciendo frente a situaciones crueles. Los lusitanos alcanzan al fin la capital Ecbatana y rápidamente vuelven a los esclavos contra sus amos, prometiéndoles el perdón y la igualdad si les abren las puertas. Como señala Narsus, a veces tener esclavos se acaba volviendo en contra de los amos pues, si superan con diferencia a la población libre, ¿cómo van a controlarlos si se rebelan?
La historia, pues, saltará de un lado a otro sin centrarse realmente en ningún personaje pero dándonos pinceladas de varios. Por ejemplo, vemos que la reina Tahamenay se preocupa por su marido pero no por la supervivencia de su hijo y se nos cuenta qué fue de ella antes de que fuera reina de Pars. Además, aparecen nuevos personajes: el rey Innocentis VII y el príncipe Guiscard junto al arzobispo inquisidor Bodin por parte de Lusitania. Un personaje que está con estos últimos pero parece ir más por libre es el misterioso Máscara de Plata, que desprecia abiertamente a la monarquía de Pars y está muy dispuesto a eliminarla con sus propias manos. Un dato curioso es que siente terror del fuego, probablemente el motivo por el que lleva una máscara. Por último, tenemos al artero bardo Gieve. Máscara de Plata apenas sí tiene escenas, aunque queda claro que va a ser un villano o un antagonista destacado, mientras que Gieve se luce tocando tonadas y demostrando su ingenio y agudeza —además de un evidente sexismo— desenvolviéndose en los asuntos de la corte y de la espada. Gieve, al igual que Narsus, presenta varios de los pensamientos del lector. Narsus defiende la libertad de los esclavos mientras que Gieve critica a la cobarde monarquía. Sin embargo, Gieve tiene mucho y hasta demasiado de pícaro y aparentemente ningún respeto por el sufrimiento ajeno y se mueve más por egoísmo que por otra cosa —aparte de seducir, a veces sin éxito, a mujeres hermosas—.
Arakawa se esfuerza por mostrar el horror que los lusitanos imponen a la població parsi, por reflejar lo repugnante que es un asedio y una conquista y, por supuesto, la maldad de una sociedad que conquista en nombre de un dios despótico. Las escenas de destrucción de Ecbatana pueden llegar al corazón al ver cómo se queman documentos, se tiran estatuas y se pierde una cultura milenaria, sin duda infinitamente más rica que la lusitana.
Sin embargo, para mi gusto hay un problema: y es que no tenemos ningún personaje al que aferrarnos. Gieve no pertenece a Ecbatana, la reina Tahamenay no posee punto de vista, y en cambio vamos saltando entre distintos marzban —o generales— a los que no conocemos y que nos presentan aquí por primera vez. Más allá de poder empatizar con el pueblo que sufre el ataque de los enemigos, ¿cómo vamos a poder relacionarnos de verdad con la situación? Desde luego, Arakawa fue inteligente al incluir en el primer tomo una Ecbatana pujante y rica para que duela más el contraste —algo que no hizo el autor Tanaka— pero estamos acostumbrados a guiarnos por la desgracia de personajes concretos. Seguramente nos habría afectado mucho más ver a Arslan enfrentándose al asedio que este teatro de personajes interesantes pero recién llegados.
Por otra parte, Arakawa se esfuerza en mostrar que aunque los lusitanos sean evidentemente los «malos» de esta historia, no todo es blanco y negro. Hay traidores en ambos bandos, así como encontramos a personajes claramente en contra de lo que está sucediendo pero leales a sus señores y que no harán nada por evitarlo. La guerra no es una simple cuestión de matar y seguir adelante, sino que pone en juego la entereza moral de todos los que participan en ella. Y eso la autora de Fullmetal Alchemist siempre ha sabido representarlo sin problemas.
En cuanto al arte, Arakawa es mucho más entusiasta en sus escenas de guerra que en cualquier otra. En general encontraremos fondos blancos y poco interesantes, incluso en medio del propio palacio de Ecbatana, y aunque los personajes estén perfectamente dibujados eso no deja de afectar a las impresiones finales de los momentos más dramáticos. El gran defecto que encuentro es que, como ya iba viendo en el tomo anterior, Arakawa no sabe dibujar a Arslan. En cada escena parece un personaje distinto y da la impresión de que la mangaka no se decida entre rasgos exageradamente aniñados con ojos enormes, o un rostro más adulto. Quizás es que le cuesten los personajes como Arslan y ya dijo que fue de los que más le costó hacer en una entrevista del tomo anterior. Sin embargo, Arslan es el protagonista y no puedo evitar sentirme decepcionada al ver tan poco empeño en plasmar bien sus expresiones.
Todo ello plasmado en una edición muy cuidada, de manos de Norma Editorial. Y, excepto alguna redundancia, la traducción también es más que decente. La lástima es que al final del tomo no encontremos las siempre divertidas tiras de Arakawa ni ninguna clase de material extra. Con todo, siempre podremos disfrutar de los bocetos de la cubierta.
Redactora de artículos variados (Neon Genesis Evangelion, Utena, Nier Automata, Berserk, D.Gray-man) sobre worldbuilding, personajes o narrativa. De vez en cuando alguno de opinión. Tengo un blog donde hago lo mismo pero con libros.

- El diseño de personajes
- La agilidad en los combates
- La ausencia de una moralidad blanca y negra
- Fondos blancos y poco inspirados
- Demasiados personajes poco desarrollados
- La inconsistencia del diseño de Arslan
La heroica leyenda de Arslan
La heroica leyenda de Arslan es una serie de novelas fantásticas de Yoshiki Tanaka. Cuenta con dos adaptaciones al manga, una en 1991 de manos de Chisato Nakamura y otra de Hiromu Arakawa, la renombrada autora de Fullmetal Alchemist, en 2013. A partir de este último se ha realizado una al anime de mano de Liden Films, si bien ya existía otro en formato OVA también de los años 90. La historia sigue las desventuras del príncipe Arslan, heredero de la corona del rico reino de Pars, que súbitamente se ve obligado a luchar por liberar a su reino y salvar a sus padres de la invasión de los radicales guerreros lusitanos.
Con una serie de compañeros de lo más variopintos, que van desde el mejor guerrero del reino, su viejo amigo, un pintor fracasado pero increíble estratega y hasta la hija de un merecenario, Arslan debe proteger Pars de las invasiones exteriores de los reinos de Sindhura y Turan, jugando con las alianzas políticas, mientras intenta encontrar una forma de retomar la capital Ecbatana. En su camino se interpondrá el misterioso hombre de la Máscara de Plata, que desvelará muchos secretos del pasado de la familia real, así como los oficiales lusitanos. Pero no todo es blanco y negro y Arslan encontrará que hay muchos parsianos deleznables y lusitanos que no actúan tan movidos por la maldad como por el fanatismo.
Mientras que buena parte de la primera temporada toma como referencia el guión del manga de Arakawa, en la segunda ya se siguen directamente las novelas de Tanaka.
Su adaptación más reciente a formato anime se estrenó en abril de 2015 y en julio de 2016 comenzó la segunda temporada con Liden Films y Sanzigen (sustituido en la segunda temporada por Felix Film) como los responsables de la adaptación. Ambos se han licenciado en España gracias a Yowu Entertainment. El manga de Arakawa, por su parte, llegó a España en 2015 con Norma Editorial.