La conferencia de Nintendo Switch, desalentadora y necesaria a partes iguales

¿Recuperaremos la magia de Nintendo? A saber.

Hemos sido pacientes (unos más que otros, ¿verdad, rumorólogos redomados?), pero por fin tenemos a las puertas la esperadísima presentación de Nintendo Switch. Que corra el café, pues a las cinco de la mañana habrá que estar atentos a ver qué nos cuenta la compañía de Kioto sobre lo que será la nueva y arriesgada generación de consolas para la Gran N. Y es que es algo que esperamos con muchas ganas después de meses y meses de sequía periodística, si bien no han dejado de fluir ríos de tinta de forma no oficial. Y es que es un gran ¡por fin!

…pero ya resta poca expectación en mi cuerpo. Llamadlo rumores, llamadlo dilatación temporal, llamadlo «Enero saturado con Digimon World: Next Order, Gravity Rush 2 y Kingdom Hearts 2.8 Final Chapter Prologue«, pero cada día que pasa hasta el evento estoy teniendo menos emoción, menos ganas de sorprenderme y más miedo por lo que veré. Pero no os engañéis, no es que quiera vivir en la fantasía; cualquiera que me conozca sabrá que voy a estar el primero frente al monitor con mi taza de Wall-E llena de hirviente café. Y probablemente unas ricas tostadas, por pronto que sea. No, yo lo que quiero es despejar todas las incógnitas. Quiero saber ya qué hay, pero salgamos como salgamos del madrugón, vamos a acabar decepcionados porque no se cumplan todos nuestros sueños postnavideños.

Y es que ni siquiera hay que entrar en términos técnicos: que si chorricientos gritaflops, que si la resolución es tal o pascual y si la GPU corre como Perdigón o no. Honestamente, a estas alturas, los detalles individuales me dan igual (siempre y cuando no sean escandalosos y cuadren con el precio exigido, no vayamos a pecar de estúpidos). Tampoco me preocupa que presenten en mayor o menor detalle su catálogo. No, el problema es que yo (como muchos otros) espero un evento de proporciones titánicas. Que parezca que sea la misma compañía de Walt Disney quien lo está presentando en uno de sus parques y nos haga creer, de una vez más, en la magia. Y eso no va a pasar.

Es cierto que con tanta Nintendo Direct el tono ha cambiado respecto a la (meridianamente) sobria costumbre de la compañía de presentar sus E3. Que sí, que un Miyamoto disfrazado por aquí, un par de memes de boca de Reggie por allá. Un tono cercano, que quizá se pueda respetar en esta venidera presentación. ¿Lo suficiente como para llegar al jugón que lee estas líneas? Permitidme ponerlo en duda.

Pero dejemos de lado mi lado inclinado a la pesadumbre y al hastío de una industria que cada vez demuestra más sus verdaderos colores (o, yo qué sé, que me hago viejo y cínico, que también puede ser) y saquemos el cristal realista para ver qué puede esperarse de lo que en definitiva, es la primera piedra en esta novena (¿o quizá la segunda en esta intergeneración compartida con PS4Pro y Project Scorpio?) generación de este vicio que tanto tiempo nos ha quitado.

Y para ello, un ejercicio en el que me preguntaré a mí mismo: ¿qué es lo que espero ver en esta conferencia? No buscando la magia, ni siquiera yendo a por la ilusión de un niño en una tienda de caramelos. No, unas expectativas realistas que sirvan para acallar esa vocecita de «¿y por qué te la quieres comprar de salida en estas condiciones?». Sólo eso.


Zelda E3 2016

1. The Legend of Zelda: Breath of the Wild

Empecemos con una apuesta segura. The Legend of Zelda: Breath of the Wild va a ser una visita obligada en esta presentación. Claro está, olvidando su versión de Wii U que aún está por dar una (esperemos) digna despedida a la ya moribunda consola. Aquí toca centrarse en Switch y echar toda la carne al asador para demostrar por qué merece la pena, al fin y al cabo.

A través de los (demasiados) años que hemos conocido la existencia del proyecto, no pudimos presenciar poco más que verdes bosques y alguna ruina. Sí, quizá su último tráiler empiece a dar unas primeras pinceladas de civilización e historia, pero en el estado actual del márketing de los videojuegos (que pocas sorpresas guardan para adelantarse a los primeros usuarios que publican sus hallazgos en foros y redes sociales), no sabemos nada. Estoy seguro, para bien o para mal, que este evento y su posterior emisión de Treehouse saciará a los fans más ansiosos.

Eso sí, por favor, confirmad una fecha, que entre insiders, listados de tiendas y merchandising variado  me estoy volviendo más que loco. Y si es este mismo mes de marzo, mejor que mejor.


2. Lo que se suponga que está haciendo Retro Studios

Casi tres años ha que se terminó el desarrollo de Donkey Kong Country: Tropical Freeze, mas las únicas noticias que hemos tenido del estudio desde entonces han sido las (numerosas) ofertas de empleo que ha publicado. Y, si eso, algún tuit que los seguidores han sacado de contexto (sí, incluso de un simple «Feliz Navidad», así está el patio). El caso es que los fans de la compañía nos mordemos las uñas por alguna noticia del proyecto.

¿Y qué mejor momento que un evento tan masivo para contarnos en qué ha estado trabajando uno de los estudios más queridos de Nintendo? No me imagino ninguno.


3. Consola virtual de GameCube.

Nunca tuve una GameCube. Y, aunque bien la Wii me permitió probar muchos de sus juegos mediante la retrocompatibilidad, durante la época en la que convivieron en el mercado mi economía no era excesivamente bollante y, sin duda, era mucho más predilecta a lo nuevo (tampoco ayudaba que prácticamente ninguna tienda tuviera títulos que cuyo nombre no comenzara por «FIFA» en las estanterías).

Quiero enmendar ese error sin caer en las redes de la piratería y probar títulos que siempre me pusieron los dientes largos, como Baten Kaitos o simplemente revivir los recuerdos de jugar con los amigos a Kirby’s Air Ride. Y como yo, miles de jugadores.

Es una oportunidad que no se puede dejar pasar. Y la tecnología lo permite. ¡Chúpate ésa, yo de hace doce años! ¡Estoy jugando a Paper Mario: La puerta Milenaria desde el bus!


4. Juegos third party.

Que sí, que juegos third. Pero no los típicos ports así a desgana por ganarse la simpatía ni el Just Dance de turno. A mí, dadme cosas potentes. No tiene por qué ser exclusivo, pero, al menos, dadme algo que merezca la pena. Que Nintendo no se quede fuera de la multiplataforma para los juegos más esperados, aunque tenga que recortar su potencia a cambio de poder jugarse en la calle.

Y si no puede ser así (que espero que, al menos, como experimento para el lanzamiento lo sea), ojalá tengamos en Switch la evolución natural de los exclusivos de Nintendo 3DS. Cosas como los remakes de Dragon Quest (o, en DS, los de Final Fantasy también), The World Ends With You (que bien se merece una secuela por su décimo aniversario) o apuestas como Yo-Kai Watch, Ace Attorney y otros tantos tendrían una gran cabida en las tarjetas.

¡Y que lo anuncien de esta forma desde el primer momento!


5. Que los refritos no sean simplemente refritos.

El tráiler de adelanto nos trajo, como poco, indicios de que veríamos versiones actualizadas de Splatoon y Mario Kart 8. No es de ser descabellado (o simplemente hacer un acto de fe en la rumorología) para dar por hecho que a ellos se unirá Smash Bros y, potencialmente, un título de Pokémon. Y la lógica puede extenderlo mucho más allá: Wii U no fue una consola excesivamente popular pero sus títulos han llegado muy lejos en el imaginario popular, por lo que un buen relanzamiento podría ayudar a rentabilizar esos desarrollos para los nuevos jugadores.

¿Pero y para los antiguos? Sin duda, jugar al genialísimo Mario Kart 8 desde el trono con un par de florituras extra puede ser aliciente para muchos, pero… ¿Hasta qué punto deberían llegar los añadidos?

Espero y deseo que no se queden cojos. Si no se aporta sobre la base (algo que quizá no tendría razón de ser), que lo hagan sobre la cantidad. En el caso del juego de carreras, es fácil: un par de docenas de circuitos extra (sobre lo que ya aportaban los originales y los de descarga) y algún modo atractivo harían las delicias de propios y extraños.

Pero no puedo dejar de ver todo esto desde el temor. ¿Una nueva versión de Xenoblade Chronicles X arreglaría sus defectos? ¿Mejoraría las desastrosas colisiones de las que hace gala? ¿O se limitaría a añadir un par de opciones de personalización y algún vehículo nuevo? ¿Llenaría alguna de sus lagunas narrativas?

¿Y un Smash Bros? ¿Daría contenido de calidad para un sólo jugador (una de las mayores críticas del título) o se limitaría a añadir personajes, escenarios y trofeos para cumplir y volverse el nuevo estándar de los torneos?


Por suerte, nos queda poco para saberlo. Pero yo por mi parte mantendré las expectativas en los mínimos razonables. Nada me gustaría más que llegar el viernes por la tarde a escribir uno de estos posts de fanboy al que merecen que le tiren un zapato para que se calle.

https://www.youtube.com/watch?v=pffIDsNcQQk

The Legend of Zelda: Breath of the Wild


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The Legend of Zelda: Breath of the Wild es la decimoctava entrega de la franquicia The Legend of Zelda, que saldrá a la venta en algún momento de 2017 para las plataformas Wii U y Nintendo NX. Fue presentado por primera vez el 23 de enero de 2013, durante una de las retransmisiones conocidas como Nintendo Direct.

El proyecto cuenta con el desarrollo del equipo de Nintendo Entertainment Planning and Development, con Eiji Aonuma a la cabeza como productor y con Hidemaro Fujibayashi como director. El propio Aonuma asegura que con Breath of the Wild tendremos la sensación de estar ante un mundo abierto real con distintas rutas disponibles para llegar a las áreas que componen el mundo de Hyrule en alta definición.

Con una cuidada técnica en cel shading, The Legend of Zelda: Breath of the Wild será el juego más puntero a nivel visual. El juego fue planeado en un principio como exclusivo para Wii U, pero tras varios retrasos de varios años y una corrección oficial de que llegaría en 2016, finalmente se confirmó, tras retrasarse nuevamente su estreno hasta 2017, que el título también estará en Nintendo NX.

The Legend of Zelda: Breath of the Wild romperá con algunas tradiciones de la serie, como puede ser el orden de compleción de las mazmorras.