Reseña: ‘To your eternity’ #2, la lucha por la supervivencia

'To your eternity' sigue en su segundo tomo la historia Inmo al lado de March y Parona, que deben luchar por sobrevivir y regresar a su pueblo.

El primer tomo de To your eternity ya planteaba una premisa interesante sobre la inmortalidad, con un mundo abierto y listo para ser explorado. El problema no era ese, sino cómo fuera a desarrollarse. Y parece que sí, al menos de momento, Milky Way ha vuelto a acertar.

La historia de Inmo (Fushi en japonés) mantiene un papel secundario al lado de sus nuevas compañeras. Cuando Parona y March asumen que no pueden hacer nada más que acompañar a Hayase a su reino, arrastrando consigo el cuerpo de un gigantesco oso que creen que podría ser el dios Oniguma, todo parece que vaya a salir bien. Por poco tiempo. Rápidamente vemos la actitud despótica y cruel de Hayase con March y fascina que, a pesar de ser una persona miserable, la autora no le quite dignidad y que siga siendo un personaje increíblemente fuerte y peligroso. Cada vez que Hayase entra en escena, a uno se le encoge el estómago esperando que empiecen las escenas que dejarán con mal sabor de boca.

March y Parona acaban encerradas en una suerte de prisión, donde pretenden investigar a Inmo. Por desgracia, Inmo no tiene vocabulario —en realidad tiene poco de nada excepto instinto de supervivencia que lo lleva a metamorfosearse cada vez con más habilidad— más allá del gracias cada vez que come, así que mientras March cuida del oso, se espera de ella que enseñe a hablar a su compañero. Entre tanto, Parona busca la forma de escapar de la prisión, llevarse a March y a la anciana que la está ayudando, y regresar al pueblo para demostrar que ya no hacen falta más sacrificios.

La trama es de por sí tensa pero, además, profundizamos al personaje de Parona y comprendemos su obsesión con March más allá de que la quiera como una hermana menor. Personalmente la sucesión de recuerdos —como cuando Inmo casi pierde la identidad del Chico cuyo nombre no recuerda— de los tres protagonistas es brillante, precisamente porque es muy fugaz. Viene, deja una herida y se va, sin que el guion se regodee en ello más de lo necesario. No es melodramático, sino crudo y bien hecho. Los esfuerzos hercúleos de Parona por escapar son maravillosos, en particular porque la típica escena que habría servido para lo de costumbre en cualquier shonen y que aquí se torna hacia algo más brutal y realista y nunca se explota de forma sexual.

No esperaba una historia agradable y no me ha decepcionado. La historia es desgarradora y te dice la verdad a la cara: los errores se pagan. Los viajes no surgen sin sacrificios. Los buenos no siempre triunfan. Y, aun así, algo siempre puede mejorar. Incluso si hay tristeza, si hay problemas y no todo sale como uno esperaría, sí que existe esperanza. El viaje de Inmo es, técnicamente, interminable, de modo que la posibilidad de mejorar y aprender siempre está ahí.

Claro que no sabemos del destino del pueblo de March y Parona, así que quizás esté asumiendo cosas que no son tal cual.

En cuanto a los personajes, teniendo en cuenta que cada uno pertenece a su propia historia, es increíble la evolución que tienen dentro de su pequeño arco. Todo a un ritmo creíble y bien llevado, coherente con sus conflictos internos. March quiere ser una madre porque es lo que siempre ha visto (y porque juega con sus peluchitos) mientras que Parona tiene el trauma de haber huido, aunque no fuera así, y cargar con el sacrificio que hizo su hermana. El ciclo se cierra de una forma casi perfecta, al menos en términos emocionales.

En este manga vemos, además, a Inmo dar un salto adelante. No solo empieza a  mostrar empatía, sino que se parece cada vez más a un humano. Incluso habla con más o menos fluidez. Y es fascinante ver su crecimiento a partir de la información. Eso por no hablar de la aparición de alguien que nunca habría esperado ver, aunque nos ha acompañado desde el principio. Lo que parecía que iba a ser una serie de relatos cortos ahora parece tener un hilo conductor, todavía desconocido, pero fascinante. Un gran giro para un segundo tomo.

Nada de esto sería tan impactante de no ser por el dibujo de la autora. Sus personajes siguen siendo delicados, pero ha sabido darles un toque más oscuro y desgarrador a medida que la historia lo iba necesitando. Las escenas de batalla son brutales y Oima no tiene reparos en presentar momentos duros y crueles. Por eso las escenas donde hay humanidad brillan todavía más.

La edición está cuidada, con una buena localización, y tiene una portada que me dan ganas de ir a quemar a la autora por hacerme tanto daño. Y más de uno debería ver qué hay debajo, en la parte de atrás. Porque también duele. No puedo dejar de alegrarme porque Yoshitoki Oima se atreviera a cambiar tantísimo de registro de una obra para otra.

Lo mejor
  • Maravilloso dibujo
  • Trama bien hilada
  • Giros de guion
Lo peor
  • ¡¡Esa portada debería estar prohibida!!