Fiebre Indie es una sección donde hablaremos de los juegos indie –o independientes-, ese sector machacado indirectamente por el consumidor estándar de videojuegos, y que últimamente ha tenido un éxito importante debido a iniciativas como Humble Bundle o IndieRoyale o la enorme difusión de juegos como Minecraft o Super Meat Boy. El panorama indie está lleno de verdaderas joyas que harían delicias de cualquier fan que esté al tanto de su existencia, claro está. El principal problema de este tipo de juegos es que, debido al poco presupuesto de los desarrolladores, muchos no gozan de más publicidad que el boca a boca entre usuarios o blogs. Así pues, hablemos de videojuegos :)
Hoy le toca el turno a… Machinarium.
Machinarium es una aventura gráfica desarrollada por Amanita Design y lanzado en 2009. En ella controlaremos a un pequeño robot durante su aventura, la cual tiene lugar en un mundo robótico de corte steampunk.
El juego se basa en el sistema point-and-click. Es decir, nosotros apuntaremos a un lugar de la pantalla y, si somos capaces de interactuar con ese objeto, el cursor tomará forma de la mano señalando con el dedo que todos conocemos. Como todas las aventuras gráficas de este estilo, no vale con darle a lo loco a todos los lugares interactuables de la pantalla, sino que necesitamos pensar con cautela. Además, los objetos se pueden combinar entre sí para formar otras herramientas útiles.
Los acérrimos fans de las aventuras gráficas saben que este tipo de juegos pueden llegar a ser bastante puñeteros en cuanto a dificultad. Por eso, el propio juego nos ofrece un par de sistemas de soluciones que podemos consultar en todo momento, con tal de hacerlo más fácil y ameno. Estos son:
- Un pequeño minijuego. Si estamos muy atascados en la aventura, podemos intentar pasarnos un minijuego retro de corte Space Impact, en el que tendremos que hacer llegar nuestra llave al candado final, teniendo cuidado de no chocar contra muros o enemigos. Este sistema nos dirá, paso por paso y en formato de imagen, las soluciones del nivel. Obviamente le quita algo de gracia al juego, pero creedme: es más que necesario en alguna que otra ocasión.
- Una pista por nivel. Cada nivel podemos disfrutar de una pista única en forma de imagen, donde nuestro pequeño robot ha resuelto el problema. Este sistema no nos dirá cómo ha llegado a resolverlo. Es básico mirar la pista en cada nivel para que sepamos cuál es el objetivo a cumplir del mismo.
Los puzles que nos encontraremos suelen ser bastante sencillos en cuanto al planteamiento, pero su resolución es un tema muy diferente. Por ejemplo, a mí me dio un quebradero de cabeza la segunda pantalla, en la que tenemos que disfrazarnos de policía para que nos abran el puente y podamos pasar:
Como véis, el apartado gráfico del juego es precioso. Jugar a Machinarium es una delicia en todos los aspectos, y es que la banda sonora no se queda atrás. Adenás, es increíble la capacidad que tiene para hacernos sentir empatía por unos robots que ni siquiera pueden hablar. Gestos, expresiones, pensamientos… Cuando menos te lo esperas, te toca la fibra sensible y te saca una sonrisa. Me atrevo a decir que, si Mitsuru Adachi hiciese videojuegos, serían como Machinarium.
No dudéis en gastar unos pocos minutos de vuestro tiempo en probar la demostración que los chicos de Amanita Design nos brindan de manera gratuita y en formato flash.