Hace unos días se repartieron los tan esperados Premios Oscar en su 87ª edición. Y aunque Into the Woods estaba nominada a Mejor Actriz de Reparto (Meryl Streep), Mejor Vestuario (Colleen Atwood) y Mejor Diseño de Producción (Dennis Gassner y Anna Pinnock), no ha logrado llevarse ninguna estatuilla a casa. A pesar de ello, el último largometraje musical de la compañía Walt Disney es digno de mención, no sólo por el magnífico cuidado tanto en el reparto de actores, la música (elemento obviamente imprescindible en este género) y el arte visual de la cinta, sino también por atreverse a adentrarse en la versión más clásica y oscura de los cuentos.
La película está basada en un musical de Broadway, adaptado por el director Rob Marshall. Conocido por su trabajo como coreógrafo en musicales que él mismo ha dirigido como Annie o Chicago, ya colaboró con la compañía Disney dirigiendo la cuarta y última entrega de Piratas del Caribe.
Este musical nos relata cómo los personajes de los cuentos de los Hermanos Grimm chocan en una única historia, moderna pero que conserva la versión más clásica y oscura del mismo. Conociéndose en diversas circunstancias, los protagonistas tendrán que superar toda una serie de obstáculos para ver cumplidos sus deseos más anhelados. Y por si no fuera poco, deberán enfrentarse más adelante a las consecuencias de haber hecho su sueño realidad.
Walt Disney lleva haciendo parodia de sí misma desde hace mucho tiempo. Puede que Frozen: El Reino de Hielo sea la película más reciente, y existen otros ejemplos como Giselle. Sin embargo, este musical va mucho más allá del concepto de amor verdadero al que la compañía nos tiene acostumbrados, e incluso podría decir que a lo largo de la cinta existen momentos que dan mucho que pensar y que poseen un toque más pícaro y adulto. Aunque esté ambientado en un mundo infantil y mágico, llega a tocar temas como la pérdida de la niñez, el adulterio, la obsesión o la infidelidad. Momentos bastante oscuros que la película sabe eclipsar con el resto de la historia, no llegando a indagar más en ellos como quizás lo haría el musical original de Broadway. Los personajes pasan de tener un final feliz a cuestionarse si de verdad todo por lo que han luchado ha merecido la pena o sólo han empeorado su situación y la del propio reino.
Pasemos al reparto, donde quien realmente destaca por encima de los demás es Meryl Streep, interpretando a la perfección a la Bruja. Es un personaje formidable, quizás el más trabajado de toda la película por la evolución del mismo. Es una villana más que clásica tanto en los cuentos como en las producciones de Disney, una mujer que parece muy segura de sí misma frente a quienes utiliza para conseguir sus propósitos, pero incomprendida y quien realmente busca la aceptación y el amor de los demás. Sin embargo, confunde esos sentimientos con la posesión de lo amado, la belleza divina y el respeto infundido por el miedo de quienes la conocen. Anna Kendrick interpreta a una Cenicienta que huye de su príncipe (Chris Pine), no porque el hechizo se rompa a medianoche, sino asustada por lo diferente que son los mundos de ambos. A su vez, James Corden (actor británico a quien los seriéfilos les sonará por haber participado en la serie moderna de Doctor Who, junto al undécimo Matt Smith) da vida al panadero al lado de Emily Blunt, quien encarna a la mujer de éste. Un dúo con una química muy especial que se verá reflejada a lo largo de la película, discutiendo, preocupándose y apoyándose el uno en el otro para hacer realidad su sueño. Todos y cada uno de los actores han conseguido regalar una esencia única a cada personaje: la madrastra y hermanastras de Cenicienta, Jack (y las judías mágicas), la madre de éste, Rapunzel, el hermano del príncipe (a falta de uno, ¿por qué no dos cantando un dueto?), Caperucita Roja y mención especial a Johnny Deep interpretando al lobo feroz. Su papel se encuentra al nivel al que nos tiene acostumbrados sus fans, pero cabe decir que no es lo mejor que ha hecho en el cine. De hecho, considero un trabajo más pulido el del Sombrerero Loco en la versión de Alicia de Tim Burton. Sin embargo, siendo uno de los personajes más secundarios y el cual no presenta gran trascendencia en la historia, Deep está aprobado y con nota.
La película invierte lo mínimo posible en efectos especiales producidos por ordenador; incluso se ha dicho que en una de las escenas, uno de los actores permaneció completamente quieto mientras otro interpretaba una canción de aproximadamente tres minutos, cuando podrían haberlo añadido digitalmente. Al igual que Maléfica, Into the Woods ha encontrado la belleza de sus paisajes en los jardines, bosques y castillos de Reino Unido. Los escenarios más naturales son puramente reales y se consiguieron en el castillo de Dover, la Abadía de Waverley y Richmond Park (Inglaterra), teniendo que rodar algunas escenas más en los estudios Shepperton de Londres. El vestuario está muy bien conseguido, a pesar de tener como competencia la alta costura con la que se trabajó en la ya mencionada Maléfica.
Y por último, la música. Stephen Sondheim (Sweeney Todd) compuso la versión original del musical de Broadway y tanto él como el guionista (James Lapine) repitieron en la historia llevada a la gran pantalla. Las canciones elevan los deseos, sentimientos e incertidumbres de todos y cada uno de los personajes. Empezamos con un prólogo de aproximadamente catorce minutos, interpretado por el elenco principal y entrelazando sus historias y propósitos, reuniéndolos a todos en el bosque (Into the Woods). Existen piezas más oscuras que otras, como Hello, Little Girl o Last Midnight, otras canciones cargadas de humor como puede ser Your fault o el dueto de Agony. Y por supuesto, piezas que despiertan el sentimiento más tierno de Disney, haciendo especial mención de las nanas Stay With Me y No One is Alone.
Lo más especial de esta película es que ningún personaje se salva de tener una mancha oscura en su corazón, y que el más villano de todos sólo es quizás el más castigado por su condición. Sea producto de la soledad o de buscar el bien de uno mismo actuando por el egoísmo, cada uno de ellos anhela un deseo que le llevará a cometer errores durante el camino. Algunos intentarán enmendarlos, y otros no.
Into the Woods es, en definitiva, un musical que representa la parte más humana y realista de las personas, dentro del lugar más recóndito y mágico que existe en el mundo: los cuentos que nos han visto crecer. Manteniendo el humor en los momentos oscuros y hostiles, el director ha sabido combinar la magia de Walt Disney y la versión más original de los cuentos de los Hermanos Grimm en el producto final, dando lecciones de vida a grandes y pequeños.

- Brillante reparto del elenco principal de actores, en especial el papel de Meryl Streep.
- Una banda sonora exquisita y un gran deleite visual con mínimo presupuesto en efectos especiales, sacando el máximo partido a las localizaciones de su rodaje.
- Gran combinación de lo puro y lo corrupto de cada historia, camuflado y mínimamente expuesto en un filme de Walt Disney.
- Algunos personajes quedan olvidados a lo largo de la película, lo cual es una lástima. Es un
- Debido a que casi toda la cinta es ocupada por las canciones, el doblaje en castellano es escaso y hace dudar de si merecía la pena trabajar en él o dejar todo el largometraje directamente en versión original con subtítulos.