Hay varios aspectos de la edición que han hecho en Ediciones Tomodomo de la obra de Ichigo Takano ampliamente destacables. Uno de ellos es la fluida traducción y adaptación con la que cuenta el tomo. Da auténtico gusto seguir la lectura de orange a través de personajes adolescentes que utilizan palabras de adolescentes — suena estúpido, pero en los shojos y comedias de instituto solemos encontrarnos con numerosas trabas idiomáticas que a veces no se resuelven de la mejor forma posible.
Otro es el acertado trabajo de grafismo realizado a lo largo del tomo, a través de viñetas que acompañan al toque juvenil de la obra. Por otra parte, la editorial incluye un par de regalos para las compras en su tienda online, con una postal y marcapáginas que nunca están de más. Por otro lado, quitando la sobrecubierta nos encontramos con unas cuidadas tapas con tinta de efecto metalizado.
Un extra que incluye la edición, al igual que la japonesa, es la inclusión de la historia corta Astronauta en primavera, que continúa en los siguiente tomos y con la que Takano quiso recompensar a los lectores que compraran la nueva edición de Futabasha tras la cesión de derechos desde Shueisha.
Amigo de lo ajeno y pillado con las manos en la masa, por eso me echaron de aquí.