Agua… Tierra… Fuego… Aire… ¡Todo lo tuvo aquel el que en su día se autoproclamó Rey de los Pir..! Uy, esto no iba así. Pues sí, llegó la hora de hablar de viñetas que no nacieron en el país del Sol Naciente y qué mejor que empezar con los cómics de Avatar: La Leyenda de Aang, la maravillosa y aclamada serie de animación de Nickelodeon que no me cansaré de recomendar a fanáticos de tanto de la industria occidental como de la oriental.
Agua, Tierra, Fuego, Aire… Mi abuela me contaba historias de los viejos tiempos. Una época de paz cuando el Avatar mantenía el equilibrio entre la Tribu del Agua, el Reino de la Tierra, la nación del Fuego y los Nómadas del Aire… Pero todo eso cambió cuando la Nación del Fuego atacó. Sólo el Avatar domina los cuatro elementos. Sólo él puede detener a los despiados combatientes del fuego. Pero cuando el mundo más lo necesitaba… Desapareció. Han pasado cien años y la Nación del Fuego está próxima a conquistar el mundo.
Con esa premisa se desenvuelve una de las mejores obras que haya tenido el placer de ver animadas. Personajes sólidos, mucha originalidad, una calidad artística impresionante para el principio del milenio y una historia que no deja indiferente. Una de esas series que sorprenden y a las que poner menos de sus cinco estrellas de rigor es considerado una afrenta por el subconsciente colectivo.
Pero, ¿están los cómics a la altura o son sólo un producto sacacuartos para aprovecharse del éxito entre los críos y no tan críos que disfrutaron las aventuras de Aang y compañía?
Quizá The Lost Adventures sea uno de los peores lugares para averiguarlo, porque si bien el resto de las historias editadas (The Promise, The Search, The Rift y Smoke and Shadow) son una continuación de la historia original, la que ocupa estas líneas no hace más que añadir un poco de profundidad a la serie original con historietas en su mayoría cómicas (aunque en algún caso, emotivas).
Pero, tras una desconfiada lectura puedo concluir en que merece la pena. ¡Vuelven nuestros Maestros de los elementos! Y vuelven a arrancarnos carcajadas y, en ocasiones, incluso nos encogerá el corazón.
Al ser una colección de historias por distintos autores, también podemos ver a los personajes y sus diseños desde varios ángulos (lo que, según el lector, puede ser una molestia por la disparidad gráfica o un soplo de aire fresco), pero siempre sin perder la esencia de los originales. Quizá no merezca la pena analizar las historias una por una, pero os puedo garantizar que su lectura es totalmente disfrutable y en ocasiones, incluso responde algunas pequeñas preguntas que podrían quedar abiertas entre los fans de la serie original, rellenando algunos pequeños huecos que pudieras haber encontrado en la historia.
Al tratarse en su mayoría de escenas eliminadas de la animación original por falta de tiempo o presupuesto, podríamos considerar incluso que es capaz de completar la experiencia Avatar, dando algo más de profundidad a las historias que queremos y conocemos.No obstante, si no disfrutas del formato de historias cortas, puedes prescindir de él y pasar directamente a The Promise, que trataremos en un futuro no muy lejano.
Respecto a la edición, no puedo decir otra cosa que maravillas. Las casi 250 páginas del cómic editado por Dark Horse (por desgracia, no está disponible en nuestro país) están a todo color en un papel de muy buena calidad y, a pesar de tratarse de un tomo de tapa blanda, es robusto pero no termina haciéndose pesado. Como defecto podría señalar que quizá algunas historias, al tener dibujos que se salen de las viñetas en ocasiones o simplemente cuadros de distinto tamaño en una misma fila, cuenten con un margen demasiado grande en blanco, pero el efecto final termina compensando ese detalle.
No hace falta leer entre líneas esta reseña para hacer obvio que mi impresión del salto a cómics de la franquicia ha sido muy positiva, pero por otro lado es de manual que requiere de conocimientos previos sobre la historia y sus personajes, por lo que la opción más razonable es calificarla como lo que es: un complemento a la serie de animación Avatar: La Leyenda de Aang. Y uno muy correcto, muy bien editado y, en resumen, muy disfrutable para cualquier fan de la franquicia.
«Mi título dice que soy Ingeniero en Telecomunicaciones. Mi puesto de trabajo, que soy desarrollador de software. Pero mi corazón me hace creativo.»
Y es que no podía comenzar a escribir estas líneas sin parafrasear la célebre cita de Satoru Iwata que tan bien define mi dualidad y, ya de paso, mi amor por el mundo del videojuego.