“Aaay, el oro, la fama, el poder…”. Han pasado muchos años desde que por primera vez pudimos escuchar en la televisión española la canción de apertura inicial de One Piece, el anime de Toei Animation inspirado en el célebre manga homónimo de Eiichiro Oda, y más aún desde que el manga se publicó por primera vez en nuestro país, en formato comic book, allá por 1999. Desde entonces, y hasta la fecha, han sido numerosos los productos derivados en la franquicia, los cuales han ido en aumento conforme esta creía en número de lectores y lograba echar raíces en la cultura popular japonesa hasta formar parte de ella. Los videojuegos son una parte importante de este universo, un recurso comercial generalmente dedicado a entretener a los fans de los Piratas del Sombrero de Paja, y el último de estos en llegar a Europa ha sido One Piece Burning Blood.
Tras One Piece Pirate Warriors 3, el adictivo género musou comenzaba a atragantársele a la franquicia, cuyos fans ansiaban un juego de peleas a la altura para una consola de sobremesa. Fue una petición popular rogada desde hace años, por lo que Bandai Namco decidió contar con el talento de Spike Chunsoft, quienes ya trabajaron en otros juegos del género como J-Stars Victory VS, para hacer un juego de lucha que recogiese una parte del legado de la serie Grand Battle!
Disponible para PlayStation 4 — la versión aquí reseñada —, Xbox One, PS Vita y PC / Steam, One Piece Burning Blood nos permite librar combates que van desde un 1 contra 1 hasta enfrentamientos por equipos que pueden ascender hasta un sorprendente 9 contra 9 con dos equipos de 3 personajes por jugador. Todo ello aderezado con un cuidado apartado visual que imita el efecto viñeta logrado por Omega Force en sus Warriors protagonizados por los piratas del Sombrero de Paja.
Navegando a través de un menú principal de diseño cuidado llegamos hasta el modo historia, que en castellano han bautizado como Guerra Suprema mientras que en inglés recibe un nombre más acorde a la serie, Paramount War. Este último detalle nos deja caer en qué parte del manga y el anime se centra el videojuego, que da comienzo en Marineford, el vigesimosegundo arco argumental. No es novedad que la historia de un juego de Bandai Namco comience por una parte realmente avanzada -sobre todo en juegos basados en series que llevan más de una década de publicación y aún no han terminado-, de hecho es algo que llevan haciendo desde la época de la Nintendo Entertainment System, pero ello impide que los curiosos y recién llegados tengan un hándicap de inmersión en la aventura al desconocer gran parte de ella. No me malinterpretéis, soy veterano en el mundillo y sé que estos productos están dirigidos a los fans, pero no habría estado mal presentar -aunque fuera mediante vídeo o texto con imágenes- un repaso rápido del manga y el anime hasta llegar Marineford. Por ejemplo, se aceptaría la presentación de la primera parte de la historia para abarcar el concepto principal de la serie, reflejando los motivos que empujan a Luffy a adentrarse en el mundo de la piratería para que después se de un salto temporal hasta Marineford.
Dicho esto, los veteranos fans tienen en One Piece Burning Blood una oportunidad única de disfrutar una parte de la historia que no se había cubierto con detalle hasta ahora en un juego, presentándose además a través de distintos prismas: el de Monkey D. Luffy, el de Edgard Newgate, alias Barbablanca –Whitebeard-, el de Portgas D. Ace y el de Sakazuki, alias Akainu. Si bien escrito sobre papel esto suena realmente atractivo, llevado a la práctica acaba siendo una cobertura bastante superficial e insuficiente de la historia para la cantidad de puntos de vista aportados.
La historia se nos muestra mediante texto narrado por una voz japonesa en off, acompañándose además por diversas capturas directas del anime y distintos efectos que aportan un efecto de cómic. Este tipo de presentaciones a través de texto es algo que suele ser habitual en algunos juegos de lucha de Bandai Namco, y si bien a un servidor le encanta, también es cierto que si todo se representara directamente en vídeo, ya fuese con escenas de anime o recreadas con el motor del juego, ganaría bastantes más puntos. Pero como digo, no me desagrada la opción actual.
Estas sirven de presentación para los distintos combates del juego, que pueden ser combates que siguen la historia normal o combates extra, donde podremos desbloquear aún más contenido. Una vez en la batalla, antes de pasar a la acción, sí que se suelen presentar breves escenas de vídeo que recogen de manera espectacular los hechos más importantes de la batalla. El nivel de detalle de los modelos es asombroso, pues están recreados de manera minuciosa a través del ya citado estilo cel shading similar al que Omega Force utilizó y pulió con los One Piece Pirate Warriors.
Una vez metidos de lleno la refriega, el juego hace bien su trabajo y cumple con lo más básico: adentrar al jugador en la parte más reciente de la historia de One Piece, ofreciendo distintas habilidades únicas para cada personaje. Durante los combates, cada personaje cuenta con una variedad de opciones ofensivas y defensivas para intentar alcanzar la victoria, como pueden ser ataques básicos, movimientos especiales, ataques a distancia, asistencia de aliados durante la realización de un combo, movimientos rompeguardias, asistencia de aliados que con su ataque ponen fin a una cadena de combos y el potente estado estallido, que permite realizar una técnica poderosa. Esta variedad de técnicas aparenta ofrecer profundidad a un sistema de combate con desplazamiento tridimensional e intercalado de escenas de vídeo utilizadas con el motor del juego, las cuales aparecen, por ejemplo, al despertar el estado estallido. En general, la experiencia es buena, pues todas las opciones disponibles durante el combate le añaden profundidad, pero no deja de ser una apuesta por lo sencillo y accesible en favor de una experiencia visual espectacular.
Por ejemplo, en el modo Guerra Suprema no es nada reconfortante tener que enfrentarte a personajes que se pueden derrotar en una cantidad de tiempo muy breve, y luego frente a este tipo de combates se presentan otros que suponen un pico de dificultad considerable. Algo más estable, que fuese aumentando gradualmente de dificultad, habría sido mucho más grato de cara a acomodarse al sistema de combate que, por otra parte, tampoco es complicado de dominar. Al final todos estos “peros” son en cierta medida suavizados gracias a cuidados diseños de personajes y efectos visuales a la par que se logra trasladar la experiencia del anime a los mandos. Sin embargo, que algunos modos de juego dependan de manera decisiva del nivel de cada personaje sí que es un desacierto absoluto, pues supone un rechazo del recién llegado, dando igual su habilidad como jugador, en favor del veterano.
El modo online de One Piece Burning Blood es otro de sus puntos fuertes, aunque por desgracia, debido a las políticas de SONY y Microsoft, las versiones para consola, salvo en Vita, exigen tener PlayStation Plus. Este modo cuenta con dos opciones, el tradicional modo combate que a su vez se divide en combates por rango y combate en el que no se ve afectada la clasificación, y la Batalla de banderas pirata, donde deberemos procurar que aquella bandera bajo la que hayamos jurado lealtad se imponga sobre las otras catorce banderas. Este último modo, que cuenta con gran atractivo, se renueva cada semana, dando lugar a una nueva temporada en la que podremos volver a elegir bandera, y nos permitirá luchar contra otros jugadores o personajes controlados por al IA.
Sin embargo el modo Batalla de banderas tiene un “pero” importante, y es que se nos limita el número de acciones a realizar, como si estuviésemos ante una versión de prueba o un título para smartphones limitado por tiempo. Cada movimiento y ataque en el mapa gasta un número concreto de puntos, y una vez consumidos los 120 estaremos fuera de acción en este modo. La brújula que recoge estos puntos se va recargando lentamente, pero la sensación de estar ante un modo limitado no se disipa con ello.
Más allá del online y el modo historia, One Piece Burning Blood cuenta con otros modos offline que pueden o no suponer desafíos extra o incluso permitir combates entre varios jugadores. Entre los modos están la Batalla Libre, totalmente configurable a gusto del jugador, el modo Duelo de Se Busca, donde lucharemos contra poderosos personajes, etcétera. También tenemos el modo colección para revisar todos los logros obtenido y la base pirata para crear tripulaciones y reclutar a piratas para el combate y el apoyo.
Los escenarios de combate son un espectáculo visual que, sin embargo, mantiene equilibrados sus peros y sus contras. Contamos con elementos destructibles, una recreación realmente fiel de cada una de las escenas representadas, algunos escenarios afectan directamente al desarrollo de combate y también se pueden aprovechar elementos presentes en el mismo para defendernos en contadas ocasiones de la ofensiva enemiga. El otro lado de la moneda nos muestra una completa sensación de vacío en los escenarios, en parte debido a sus fondos en baja definición. Una prueba de ello se nos muestra en Marineford, con personajes de fondo de distintos bandos -la marina, los shichibukai y los piratas- asestando golpes al aire una y otra vez sin ningún sentido. La experiencia final es, como dije, algo agridulce, aunque finalmente satisfactoria, porque el hecho de que se representen las escenas del anime es algo que principalmente valorarán los fans más acérrimos de One Piece.
En total, el juego cuenta con más de 40 personajes, más 65 personajes adicionales de apoyo. Es un reparto realmente generoso, pero dado el enorme abanico de personajes que existe en el universo One Piece siempre se echará de menos a alguno. Por otra parte, esto último siempre ocurrirá cuando tengamos entre manos un juego inspirado en un manga o anime con un largo recorrido a sus espaldas, pues dados los costes y tiempo que ello conllevaría resulta imposible abarcar la totalidad de personajes existentes si queremos que cada uno tenga sus propias habilidades y técnicas.
El apartado sonoro es espléndido, con sus habituales peros -falta de melodías propias del anime por problemas de licencia y costes-, pero con una interpretación magnífica por parte de los actores de voz originales.
Finalmente, One Piece Burning Blood es el regalo de Bandai Namco a los fans que llevaban tiempo pidiendo desde hace tiempo un juego de lucha tradicional. Un juego que está muy cuidado en apartados como el sonoro, en el aspecto visual y que logra retratar con gran acierto partes muy importantes del anime. Sin embargo el modo historia, denominado Guerra Suprema, parece insuficiente y poco detallado pese a contar con cuatro puntos de vista distintos para desarrollar la historia. Quienes cuenten con acceso al online tendrán en el modo Batalla de banderas pirata el principal atractivo y novedad para competir en equipo contra jugadores de todo el mundo y la IA en una especie de juego de tablero donde distintas banderas se disputarán semanalmente una importante cantidad de territorios.
Fundador, redactor jefe y editor de Deculture.es. Jugón desde la vieja escuela, amante de JRPGs y SRPGs, a poder ser de estilo clásico. Lector de cómics, amante del manga clásico.

- Personajes extremadamente detallados y muy expresivos gracias a la compleja técnica de cel shading aplicada
- Fiel recreación de las escenas de anime con un estilo cómic y viñeta espectaculares
- Adictivo modo Batalla de banderas que entremezcla una especie de juego de tablero y combates contra jugadores e IA
- Se añaden muchas florituras en el modo Guerra Suprema para acabar siendo un modo con poco contenido teniendo en cuenta que se muestran distintos puntos de vista de la historia
- El sistema de combate apuesta por lo sencillo, pero luego en modos como Batalla de banderas se premia al veterano con personajes de gran nivel por encima del que recién ha comenzado a jugar
- Los escenarios, si bien representan fielmente las distintas escenas de combate, aportan sensación de vacío y cuentan con fondos poco nítidos
One Piece Burning Blood
One Piece Burning Blood es un juego de lucha basado en One Piece, anime que a su vez recoge la historia del manga homónimo de Eiichiro Oda. Desarrollado por Spike Chunsoft –J-Stars Victory VS– y distribuido por Bandai Namco, el título nos permite ponernos en la piel de nuestros piratas o miembros de la Marina favoritos para librar combates de 1 contra uno o hasta 3 contra 3.
El juego está disponible en Europa el 3 de junio de 2016, para las plataformas PlayStation 4, PS Vita, Xbox One y PC (Steam). El modo historia da comienzo en Marineford y nos muestra cuatro perspectivas distintas de la aventura, proyectada a través de los ojos de Luffy, Barbablanca, Akainu y Ace. También hay dos modos online disponibles, así como otros modos de juego offline.
Además de su amplio abanico de personajes -más de 40 jugables y 65 de apoyo-, el principal atractivo del juego reside en la espectacularidad de los combates gracias a los efectos viñeta de cómic y la técnica cel shading aplicada sobre los personajes, así como en la fidelidad a la hora de tratar los distintos momentos de la historia recogidos en el juego.