En el anterior episodio de Tales of Zestiria the X, Sorey hizo un pacto con Lailah para convertirse en el siguiente Pastor. Como consecuencia de usar tanto poder, cayó inconsciente. Ahora continuamos con los primeros desafíos de Sorey en su nuevo cargo.
Al haberse convertido en el receptáculo de Lailah, una Serafín muy antigua, el cuerpo de Sorey no ha podido soportar el peso de su energia y ha tenido que pasar tres días de intensa fiebre antes de acostumbrarse a su nueva situación. Y como parece que viene siendo norma, Alisha está donde no debería estar, cuidando de un enfermo cuando tiene deberes de palacio que cumplir. Parece que el muchacho ha estado todos estos días en su casa, en vez de en la taberna como en el juego. Una verdadera pena porque habría sido maravilloso que nos hubieran mostrado la cara de la gente cuando Mikleo llevaba a Sorey por la calle: es decir, solo verían a un chico flotando sobre la nada. Entre tanto, Alisha le entrega las ropas clásicas del Pastor y lamenta no ser capaz de comunicarse con los Serafines.
Es entonces cuando Lailah decide hablar con Alisha, privando a Sorey de los sentidos —el pobre casi se nos ahoga— para que se enfoque en su aspecto más espiritual y pueda transmitir su voz a través de él. Se desvela el interesante dato de que sólo hay ciertas personas que tienen la capacidad de escuchar a los Serafines: Alisha puede porque tiene cierta capacidad, pero no la suficiente para nada sin la ayuda de Sorey como mediador.
Como Alisha tiene que atender sus asuntos, Lailah sugiere que bajen a la ciudad. Allí, Sorey comienza a sentirse mal. Hay algo malo en Ladylake, algo que lo ensucia todo. La Malicia. Y ahora que está conectado con un Serafín, Sorey la siente con mucha intensidad.
Deciden dirigirse al lugar del que más emana, unas ruinas subterráneas. Sorey y Mikleo ponen en práctica sus hasta ahora olvidados por la serie conocimientos de arqueología y logran abrir una puerta que está sellada, en parte gracias a un cuchillo que se les olvidó devolver a Alisha. En su interior encuentran la estatua de un dragón, encarnación de la calamidad y la destrucción. Inmediatamente después Sorey pone una vez más a prueba sus nuevos poderes, venciendo a un Infernal con la ayuda de Lailah. Esta le enseña, poco después, cómo conseguir que el cuerpo de Sorey descanse: igual que en el videojuego, puede trasladarse al interior del Pastor. Aunque a Sorey no le hace demasiada gracia, Lailah le advierte que tendrá que acostumbrarse porque en el futuro deberá hacer contratos con otros Serafines. Esto le permitirá volverse más poderoso, pero también será una carga para su salud.
Continuando su avance, se encuentran en lo que parecen ser unas mazmorras literales que contienen los cadáveres de muchos reos. Se trata de una prisión de la familia real de Hyland —a la que pertenece Alisha— para encerrar a aquellos que se oponen a su política. La importancia de esta escena radica, sin embargo, en Sorey. Él viene de un mundo puro y amable. Pero la sociedad humana no es así. Y un Pastor no puede permitirse sentimientos negativos. Se nombra, además, al Señor de la Desgracia, que contiene la Malicia más poderosa y puede llegar a alterar el mundo. Eliminarlo es una de las misiones del Pastor… Pero todavía no. Sorey es demasiado débil. Lo importante es que crezca, adquiera conocimientos y no albergue grandes resentimientos. Sólo así podrá evitar la Malicia.
Por desgracia, no hay tiempo para terminar la charla porque se está filtrando agua del lago. Es otro efecto de la Malicia, que corrompe la tierra. Pero parece que es algo que ha ido más allá: al igual que en el prólogo, se ha invocado un gigantesco tornado que parece que en esta ocasión va a destruir Ladylake.
Sin duda una de las cosas que más impide la fluidez del episodio es la intercalación de escenas políticas con Alisha —como si temieran que fuéramos a olvidarnos de ella— con la tensión que viven Sorey y su grupo. A pesar de que la parte de Alisha es importante para que se nos adelanten posibles tramas, como que el consejo quiere librarse de ella, que quieren controlar a Sorey o que hay un problema con Marlind, la intercalación no es la mejor opción. En todo caso lo interesante es su relación con su maestra Maltran. No suelen verse relaciones de maestra-alumna y esta es una interesante. Pero de nuevo el centro debería ser Sorey. Lo importante ahora mismo es desarrollarlo a él como personaje en su puesto de Pastor, no recordarnos que Alisha tiene un papel político destacable (caso contrario al videojuego).
En lugar de presentar y tratar a Lailah, lo cual habría sido lógico ya que se deja de lado el hecho de que tanto ella como Mikleo también han velado a Sorey durante tres días, se hace que Alisha, que no debería ni estar cuidando a Sorey, robe una escena más. Lailah no ha tenido ocasión para presentar sus bromas, su actitud ante el pasado de los Pastores ni prácticamente nada.
Por suerte, no se han eliminado sus interacciones con Sorey y Mikleo, para los cuales es una hermana mayor o incluso una madre, ni tampoco su personalidad seria y consciente de la realidad histórica de Hyland.
Lo que también resulta frustante son los recortes de escenas en la relación entre Sorey y Mikleo. Tiempo al tiempo, supongo. Quizás el enfrentamiento que les espera justifique la reacción que Sorey debería tener respecto a Mikleo. Pero su retraso parece precisamente un error. Mikleo es el mejor amigo de Sorey, en este mismo episodio se ha visto que su incapacidad para purificar a los Infernales es un estorbo. Y no se ha profundizado ni tratado, más allá de una mirada anhelante de Mikleo cuando Lailah menciona que Sorey tendrá que hacer más pactos. Lo normal sería que Sorey se preocupara de inmediato, no más tarde. Claro que si la escena de la que hablo se implementa después de una gran batalla, supongo que también puede servir.
En definitiva, más allá de la alegría de los fans de Alisha por su creciente protagonismo, la adaptación está haciendo cambios que no terminan de convencerme. Algunos sirven para presentar mejor la historia, otros, solo permiten que se pierda información de los personajes o que no se desarrolle de forma correcta su personalidad. Solo podemos esperar que estén retrasando estas escenas para tratarlas más tarde.
Por otra parte, la animación sigue siendo maravillosa. Los efectos de la magia son preciosos, así como las escenas de batalla. Quizás la presentación de Ladylake ha fallado un poco más porque se ha notado demasiado el CGI, pero en general la presentación de escenarios y de personajes es de diez. Como cabe esperar de ufotable. La música, que trae de vuelta temas del videojuego, también cumple magníficamente y los coros siguen poniendo los pelos de punta de lo grandes que son.
Esperemos que la calidad siga hasta el final.
Redactora de artículos variados (Neon Genesis Evangelion, Utena, Nier Automata, Berserk, D.Gray-man) sobre worldbuilding, personajes o narrativa. De vez en cuando alguno de opinión. Tengo un blog donde hago lo mismo pero con libros.