Analizando Neon Genesis Evangelion #12. El valor de un milagro

¿Tu deber? No me hagas reír. Lo haces por ti misma.

Durante los anteriores episodios de Evangelion, el protagonismo de Misato (o, al menos, su relación con los Ángeles) se ha ido intensificando junto con las menciones al Segundo Impacto. Y ahora averiguamos por qué Misato está en NERV, aunque no se nos den todos los detalles.

Abrimos con un escenario apocalíptico, casi víctima de una suerte de explosión nuclear. En medio de este infierno, un hombre carga con una ensangrentada niña. El calor es tan intenso que sus guantes se han derretido cuando consigue abrir una cápsula de salvamento y meter a la chica dentro. El hombre también está herido y lo sorprendente es que pueda cargar con nadie.

Y entonces vemos que a quien está salvando es Misato. No solo eso sino que el hombre es… su padre. Cierra la cápsula justo antes de que todo se venga abajo al mismo tiempo que un ser gigante, con inmensas alas de luz, nazca. Y cuando decimos inmenso es… inmenso. Tanto que supera la superficie de la atmósfera y su influencia destruye todo el Polo Sur.

Gracias al sacrificio de su padre, Misato despierta en el mar. Al cuello lleva un colgante que a más de uno le sonará. Pertenecía a su padre, que se lo ha dado antes de morir (quedaos con esto para EoE). Lo único que ve son dos enormes columnas de luz (piernas) y escucha los gritos de la criatura, todo mientras está abandonada a su suerte y se aferra el costado herido.

Acto seguido saltamos a Misato vistiéndose y una imagen muy cercana de su terrible cicatriz. Llueve, hay relámpagos. Y todavía conserva la cruz de su padre, el recuerdo de aquella terrible y monstruosa experiencia que determinó su futuro. Por una vez voy a decir que es una buena escena aunque Misato salga en ropa interior, porque no tiene intento de sexualización, sino de mostrarla con sus cicatrices, vulnerable pero fría, determinada.

Mientras tanto, Kensuke y Toji se refugian en la casa de Misato, invitados por Shinji, para que no les caiga el chaparrón encima. Por supuesto, en cuanto empiezan a hablar de Misato, Asuka hace su entrada sospechando que en realidad van a por ella —o casi exigiéndolo—. Toji está apunto de explotar de rabia. ¿No es bonito que estos dos personajes se lleven tan mal y no haya ninguna clase de tensión sexual cogida con pinzas? Pero bueno, la hipocresía de dos chicos que se han forrado ganando dinero a costa de fotos stalkers de Asuka. Más respeto, por dios. Podría abrir una serie de artículos sobre cómo Kensuke y Toji desprecian a Asuka por ser arrogante o tener muy clara su sexualidad y cómo a ellos les molesta pero bien que se aprovechan de ella… pero no acabaría nunca. Así que sigamos con el capítulo.

Cuando aparece Misato, Kensuke es el único que se da cuenta de que la han ascendido de puesto, lo cual es interesante porque Misato no parece ni satisfecha ni nada similar. Solo la envuelve una tenue melancolía.

Saltamos a los test de los pilotos. Las películas de Rebuild indagarán bastante más en lo que es entrar a la zona contaminada, pero básicamente podemos ver que se trata de hundir a los pilotos dentro de las EVA. Y como están muy cerca del Núcleo cuando montan de verdad y sabemos lo que le sucedió a Yui, no hay que sumar mucho para darnos cuenta de que el problema sería que el Núcleo les afectara demasiado o llegaran a fusionarse con él.

Shinji, por supuesto, es quien tiene mayor sincronización con su madre, lo que le permite ir poniéndose al nivel de Asuka (aunque todavía le queda un poco). Dejan caer que es como si hubiera nacido para pilotar una EVA y no podemos menos que reírnos, ¿verdad, Yui? Y Misato nos recuerda que Shinji no está especialmente entusiasmado con pilotar las EVA; volvemos a traer los dilemas de los primeros episodios. Porque Evangelion es un ciclo.

La táctica de Ritsuko parece ser intentar que Shinji se sienta orgulloso de sus avances (cosa que no funcionará para él hasta que cierta persona le dé su enhorabuena), cosa que molesta mucho a Asuka. Recordemos que ella se siente valorada gracias a sus capacidades de piloto y la posibilidad de que alguien, en especial Shinji o Rei, rivalicen es como golpear los pilares de su existencia. Por eso resalta que va cincuenta puntos por delante de Shinji y se vuelve agresiva cuando le recuerdan que él ha mejorado ocho puntos… en diez días. ¿Qué no conseguirá en un mes?

Resulta interesante que, justo cuando Shinji avanza en su trabajo, Misato también. Y ninguno de los dos está entusiasmado ni se alegran demasiado por las felicitaciones. Shinji sigue sin comprender qué ha hecho para molestar a Asuka —y sabemos que las felicitaciones sí le sientan bien, porque mejoran un poco su autoestima a la larga, pero que actos como los de Asuka le hieren, como es normal, y por tanto significa que las felicitaciones ya no son tan buena noticia—. Como bien dice Misato:

—Eso se debe a que todo lo que haces es preocuparte sobre qué pensarán los demás.

Con todo, creo que es un poco triste porque en este caso Shinji se refería más a qué había hecho para que Asuka se irritara con él. No es agradable que tu compañera esté lanzando indirectas muy directas y si Shinji no comprende la situación (o Misato no se la explica), difícilmente podrá empezar a dejar de preocuparse.

En cualquier caso, Misato es la clara representación de que no le importa lo que los demás opinen de ella. Nunca lleva uniforme como tal, toma las medidas más absurdas posibles (pero que funcionan) y le importa muy poco su ascenso. Cuando llega a casa y los niños le han organizado una fiesta para felicitarla por su ascenso, Misado sonríe y da las gracias, pero tampoco se muere de ilusión. Después de todo, casi le está haciendo el favor a unos niños que quieren estar cerca de ella. Creo que lo más bonito de la fiesta es ver cómo Asuka se ha hecho amiga de Hikari, a la que ha invitado.

Sin embargo, es interesante que Misato pregunte por Rei… ¡y que resulta Asuka la invitó a venir! Rei, al parecer, se negó. Más importante es, para Asuka al menos, que Kaji llega tarde. Con la sola mención los chavales se ponen a hacer ruido (lo sorprendente es que Misato no salte ante la idea de que Kaji ande por ahí) y se nota la incomodidad de Shinji a la hora de estar rodeado de grupos más o menos grandes. O, mejor dicho, tan ruidosos. Y Pen-Pen colabora encantado, vaya alaridos.

Misato y Shinji, en cambio, quedan aparte. Una porque es adulta, el otro porque no termina de integrarse. En un intento por comprender y acercarse a Misato, Shinji intenta sonsacarle por qué no parece satisfecha con su promoción, ¡con que hayan reconocido sus incuestionables méritos! Misato responde que no es que no esté, ya sabéis, contenta. Es solo que no ha entrado a NERV para ascender socialmente. Pero miente con descaro a Shinji cuando este quiere conocer sus motivos. El nuevo vínculo de más o menos sinceridad, donde quizás Shinji se acercara más a su nivel —recordemos que, como comentó Asuka, Misato lo sabe todo sobre ellos—, se rompe. Lo echa atrás. No quiere contarle su pasado y su relación, vaya por Dios, con su padre. Algo que resonó en Misato cuando se conocieron y que seguramente provoque que sea tan protectora con Shinji hasta cierto punto.

Por suerte (o para desgracia de Asuka y suspicacia de Misato), Kaji llega acompañado de Ritsuko. Es irónico que Kaji mencione la confianza que depositan Gendo y Fuyutsuki, que se ausentan de NERV, para dejar a Misato al cargo justo cuando acaba de rechazar a Shinji. Y por cierto, curioso que Ritsuko sea la que conteste —siempre que Shinji pregunta, allí está ella—, cuando toca que informar de dónde se encuentran estos dos hombres.

Ese sitio es el Polo Sur, donde comenzó todo, atravesando un mar rojo y un mundo de muerte que no permite que la vida exista. Un Mar Muerto. Sin desperdiciar un instante, se saca el tema que tanto nos debe llamar la atención desde el principio del capítulo, cuando vimos al monstruoso gigante: ¿qué fue lo que sucedió exactamente? Fuyutsuki, ante la arrogancia de Gendo al señalar que la Ciencia es el poder del ser humano y que les permite estar en ese infierno, recuerda que fue esta ansia y confianza humana la que casi destruyó el mundo.  Es decir, jugaron con algo demasiado grande para ellos. Fuyutsuki llega a hablar, no de consecuencia, sino de castigo. Una visión mucho más… religiosa. Gendo se muestra a favor de un mundo sin pecado, limpio, como el lugar que están visitando. Interesante cuando sabemos hacia qué clase de mundo está empujando a la humanidad. Fuyutsuki prefiere un mundo con vida, al menos.

Por cierto, fijaos en el barco más grande de la flota. ¿No lleva algo alargado, atado? ¿Quizás una Lanza gigante…?

Y justo entonces, aparece un Ángel dirigiéndose hacia NERV. Con escenas así es posible entender mejor la idea de «aterrizar» puesto que está… ¿en el espacio? Queda claro que los Ángeles no son seres terrícolas —bueno. Técnicamente son nuestros primos y al menos Sandalfón nació en un volcán. Quizás salgan al espacio, quién sabe, para orientarse mejor— y al menos este no tiene aspecto de poder vivir en la tierra, ya no solo por su inmenso tamaño, sino por su ridícula forma.

Pero cada Ángel aporta algo nuevo o parece aprender de los anteriores y en concreto este maneja a distancia su Campo A.T. Puede desprenderse de partes de su cuerpo para usarlos como una suerte de proyectil… y va aprendiendo poco a poco mientras se acerca a Tokio-3. Además, su presencia provoca unas interferencias tales que vuelven imposible comunicarse con Gendo. Ritsuko sugiere que cuando localice el GeoFront se arrojará el mismo y Misato se lo toma con filosofía. Al menos tendrán un nuevo lago.

Misato evacua rápidamente Tokio-3. Acto seguido toma una decisión casi suicida. No va a abandonar el GeoFront, no solo porque deben protegerlo, sino porque quiere un milagro. Quizás una prueba de que es capaz de vencer incluso a este tipo de Ángel. Demostrar por qué, en definitiva, está en NERV: para destruirlos a todos. Se repite la situación del primer episodio, donde Ritsuko resaltó la cantidad de ceros que había ante la posibilidad de vencer. Pero la situación es diferente. Ahora tienen tres pilotos, no un único candidato posible para salvar el mundo en un último acto desesperado. Pero Misato sonríe. No es un cero literal. Hay posibilidades de crear un nuevo milagro. Ritsuko, claro, no está nada contenta con su decisión. No es como en el volcán, donde tenían ventaja y la posibilidad de obtener datos fundamentales. No, es un ataque monstruoso y que vendrá del cielo, diferente a las posibilidades de planificar con los ángeles gemelos o la acción desesperada ante Ramiel, que no les dejaba otra posibilidad que enfrentarse a él con toda la radicalidad imaginable.

—Destruir a los Ángeles es mi deber.

—¿Tu deber? No me hagas reír. Lo haces por ti misma, ¿no es cierto? ¡Tu venganza contra los Ángeles!

 

El subtítulo de este episodio es She said, “don’t make others suffer for your personal hatred”. Y ese es el gran resumen. Desde hace un tiempo sabíamos que Misato tenía un trauma con el Segundo Impacto, después vimos a ese ángel gigantesco (puede que muchos todavía no lo relacionaran como tal con el Adán que entregó Kaji a Gendo) y cómo perdió a su padre. Misato está en NERV por motivos personales, sí, pero eso no la hace menos brillante. El problema es decidir cuándo está dejándose llevar por la venganza y cuándo actúa por mera supervivencia.

En cualquier caso, Misato va a continuar adelante. Así es como les dice a los niños que deben actuar; deteniendo a Sahaquiel con sus propias manos. Todo depende de la suerte pero ¿hay otras posibilidades? Los disparos no afectan a Sahaquiel y solo pueden esperar a que él mismo caiga con todo su peso. También está la Lanza, por supuesto, pero Misato no conoce su existencia ni podría usarla todavía.

—Los únicos milagros que tienen valor son los que fabricas tú mismo.

Esas son las palabras definen su pensamiento individualista. Misato, a pesar de llevar una cruz, no es creyente. Se podría aproximar más a Asuka que a cualquiera de los demás en cuanto a por qué existe y para qué sigue adelante. Es una genio en términos de estrategia y su flexibilidad es lo que salva a la humanidad en numerosas ocasiones. Pero esta vez se enfatiza más que nunca la posibilidad de fallo cuando se nos muestra que el reglamento exige que los niños escriban un testamento. Y Asuka se niega, por supuesto. No lo necesita. Sobrevivirá. Rei se niega; tampoco lo necesita, porque no tiene nadie a quien dar nada. Shinji se une a sus dos amigas, probablemente más por empatía, que otra cosa, si bien su vida también está con NERV. Si Misato muriera, lo perdería todo, pues ninguno de sus amigos se ocuparía de él.

¿Os dais cuenta de hasta qué punto han aislado a sus pilotos para que solo puedan vivir para su misión?

Y, como la serie es cíclica, Misato vuelve a hacer una promesa con Asuka. La otra vez le dijo de ir a unos baños termales; ahora promete que los llevará a cenar a un lugar maravilloso. Los comentarios de Shinji y Asuka, en cuanto se quedan solos, sobre la diferencia de generaciones son encantadores como detalle, porque es evidente que la gente de la época de Misato pasó hambre y vivió un brutal cambio económico que los niños de ahora no aprecian.

Cabe comentar que Asuka y Shinji no serán íntimos amigos, pero sí que tienen cierta confianza el uno en el otro. Shinji ya no se siente tan incómodo, solo irritado, ante los piques de Asuka y la misma se burla de una forma mucho más cercana. ¿No es encantador cómo Shinji finge alegría solo para intentar que Misato se sienta cómoda dando órdenes? Asuka es la que parece más convencida de que todo va a salir bien, al menos por cómo saca una revista con restaurantes de comida para ver a dónde los llevará. Y, atención a esto:

Asuka mira a Rei (¡la mira, reconoce su existencia!) y le dice que esta vez (no como en los baños termales o en la fiesta de Misato) va a venir. Rei se niega porque es vegetariana. Asuka se quedará con este dato.

 Entre tanto, las interferencias del Ángel siguen dado problemas, los suficientes como para que NERV no pueda rastrear su localización exacta. Es decir, Magi no puede prever dónde caerá. Tendrán que hacerlo siguiendo la intuición de Misato. Su intuición de mujer. Sinceramente no sé qué comentar en este punto, más allá de que es un milagro que lleguen al punto correcto. Si son ciertas las teorías de que en los Manuscritos del Mar Muerto figuraban las formas exactas de cómo eliminar a un Ángel —quizás transferidas a Magi— entonces es posible que, pase lo que pase, la Humanidad siempre tenga una forma de vencer. Pero los fallos humanos siempre están ahí preparados para meter la pata.

Pero en el fondo esto es lo más importante:

—Misato nunca ha ganado la lotería.

Shinji, no cambies jamás.

Enfrentados una vez más a la muerte, Shinji no puede evitar volver a preguntarse por qué hace lo que hace. Pensemos que se lo preguntó el día anterior a Misato. Así pues, ¿por qué no explorar las motivaciones de otros personajes? De Rei ya lo sabe (y se contó en una escena muy similar a esta). Pero Asuka…

—Para exhibir mi talento ante el mundo, ¿no es evidente?

—Quieres decir ¿probar tu existencia?

—Sí, algo así.

Tras tomarle un poco el pelo, Asuka le plantea la misma cuestión a Shinji. ¿La respuesta…?

—No lo sé.

—¿Que no lo…? ¿Qué eres, estúpido?

—Quizás.

—… de verdad eres estúpido.

Pero no hay ira o desdén en las palabras finales de Asuka. Quizás un poco de comprensión o puede incluso que de lástima. No todo el mundo tiene el camino tan bien definido como ella. En cualquier caso, la escena finaliza con los niños en el ascensor y las EVA aguardando, gigantescas, a que entren para luchar. Las chicas tienen muy decidido por qué quieren pelear, Shinji no, pero en cualquier caso los tres van a arriesgar sus vidas y a intentar salvar el mundo.

Una decisión igual a la gente de NERV. Misato será fría, pero esta vez ha tomado una decisión por su cuenta y no va a dejar que todos sus compañeros paguen por ello. Además, no tienen nada que hacer; solo las EVA pueden detener a Sahaquiel.

—No podemos dejar que los niños sean los únicos en arriesgar sus vidas.

Como ya se ha comentado en algún otro episodio, aunque es cierto que en esta ocasión se incide más de lo normal, las EVA tienen los Campo A.T. incluso si resultan muy dañadas. Misato afirma que estarán más seguros dentro que en cualquier otro sitio. Esta idea volverá en EoE junto a muchas lágrimas.

Y, como para terminar de deshacer la imagen de general de hielo de Misato, tenemos un cálido flashback en el que Misato se sincera con Shinji. Le habla de su padre, un hombre que solo vivía para su trabajo y excluía de su alrededor a todos los demás (Dilema del Erizo). Lo odiaba por ello. Eso, por supuesto, resuena en Shinji, que piensa «justo como mi padre». El conflicto con los padres (y las madres) es esencial en Evangelion y no es de extrañar que los dos protagonistas orbiten, aunque sea desde diferentes posturas, con el mismo problema.

Al contrario que Gendo, el padre de Misato parecía tener una fachada amable y encantadora (¿nos huele a Kaji?) pero ella opinaba que era un cobarde que… huía de la realidad. Que es exactamente lo que hace Gendo y lo que muchas veces intenta hacer Shinji. Por tanto, Misato apoyó a su madre, que siempre lloraba, cuando decidió divorciarse, para sorpresa de su pare. Pero, a pesar de todo este odio y pensar que su padre no la quería ni se preocupaba por ellas… Como hemos visto, se sacrificó para salvarla. Antepuso todo, su propia vida, por salvar a Misato. Y tenemos un plano de la cruz, que simboliza precisamente el sacrificio de su padre y que regresará, una vez más, en EoE.

El conflicto emocional que sufrió la pobre es evidente y averiguaremos más de ello en el futuro, pero lo que le importa a Misato ahora es que el Segundo Impacto definió su vida. Destruir a los Ángeles, responsables del Impacto como tal. Reconoce que quizá solo buscaba vengar a su padre… para poder liberarse de su sombra. Se inserta entonces una imagen de Gendo mirando a Shinji desde arriba, frío y distante.

¿Sería posible un final así entre Shinji y Gendo? ¿Que Gendo al final quisiera lo suficiente a Shinji para anteponer la vida del niño a la suya?

Shinji fue abandonado, dejado atrás, y cuando su padre le envió una carta con toda la información censurada y una palabra en grande (VEN), que Shinji destrozó de pura rabia y luego volvió a pegar, fue.

Volvemos al presente, con Shinji en su Entry Plug. Sigue pensando en sus motivos. Misato busca venganza. Asuka, que la reconozcan. Rei lo hace por sus lazos. ¿Y él? ¿Lucha por su padre? ¿Para librarse de su sombra también?

—Así es. No debo huir.

Ni de su padre ni de su responsabilidad y deber. ¿No os recuerda al cuarto Ángel, cuando Shinji estaba aterrorizado y peleando en modo automático? Las cosas han cambiado bastante desde entonces.

Misato deja en los niños la decisión de cómo moverse y los tres tienen cinco minutos de batería para detener a Sahaquiel. Deben calcular su caída a ojo, cada uno saliendo desde un punto distinto de la ciudad. La carrera es maravillosa, jugando bien con el movimiento y la tensión de la escena. Shinji es el primero en llegar ante el gigantesco ojo y detenerlo gracias a su Campo A.T. pero no es suficiente. Necesita el apoyo de Asuka y Rei —¡Rei dando órdenes a Asuka y esta obedeciendo, eso sí que es un milagro!—. Mientras Shinji sostiene entero el peso del Ángel —es la primera vez, creo, que emplean de esa manera el Campo A.T. Los pilotos también aprenden de los Ángeles y cómo usar las armas que comparten—, Rei corta el Campo de Sahaquiel y Asuka ataca directa a su Núcleo. Es una escena similar a cuando Shinji se enfrentó al cuarto Ángel, con Kensuke y Toji dentro de su Entry Plug. Solo que Asuka lo logra a la primera y toda la tensión —con una criatura gigante encima a punto de aplastarles— se centra en la velocidad y eficiencia con la que deben actuar. Es muchísimo más rápido y brutal que la larga agonía de Shinji, al que en breve se le acabaría el tiempo, para derrotar a su enemigo.

Shinji ya no está solo, sino que además tiene consigo a dos capaces pilotos (una de ellas mejor que él).

Tokio-3 vuelve a estar a salvo y un Ángel más ha caído derrotado. ¡Y la explosión es monstruosa! En ocasiones los Ángeles estallan y en otras no. No me preguntéis por qué. Quizás tenga que ver con la monstruosa velocidad de su caída, pero se ve cómo se hincha por dentro, acumulando una explosión. ¿Quizá se trata de otro mecanismo de suicidio? En fin. Los niños sobreviven, intactos y satisfechos (si os fijáis, hasta podría insinuarse una sonrisa en los labios de Rei). Gracias a que Sahaquiel ha desaparecido, pueden contactar con Gendo en el Polo Sur. Y entonces…

¿Qué es lo quese necesita para lograr un milagro? Misato dice que hay que trabajarlo. Quizás sea cierto (aunque cabría preguntarse por qué los otros trabajos de Shinji  nunca son suficientes), al menos, en esta ocasión. Shinji fue el primero en llegar y el que, al parecer, sufrió más daños durante la batalla. Por tanto, Gendo dice a su hijo, a su ansioso y sediento de reconocimiento y cariño hijo:

—He recibido el informe. Buen trabajo, Shinji.

Shinji. ¿Cuántas veces ha llamado Gendo a su hijo por su nombre? Tan apabullado está que solo puede responder con un débil «sí». Ni siquiera parece contento o feliz. Puede que haya llegado un poco tarde, cuando ya no esperaba nada. No después de esa llamada en la que Gendo le exigió que dejara de molestarlo con tonterías.

Pero, aun así, lo ha reconocido como persona, por mucho que solo sea por su trabajo como piloto. ¿No es eso lo que siempre había buscado? ¿Lo que tanto llevaba esperando? Lo ha cogido por completo por sorpresa y no deja de ser una relación complicada. Es difícil reaccionar a la primera.

Ajenas a los sentimientos de Shinji y mientras los ciudadanos regresan en tropel a la ciudad, Asuka recuerda a Misato que debe cumplir su promesa y los problemas económicos de nuestra querida Katsuragi siguen persiguiéndola.

Y es en escenas como esta que todas las ideas como Asuka deberían atemperarse un poco. En vez de buscar el lugar más caro, como había insinuado, Asuka coge a sus compañeros y a Misato y los lleva a un puesto de ramen. Sabe muy bien, como resalta, el estado de la cartera de su tutora ¡y se ha molestado en buscar algo donde Rei aceptara comer! Un lugar donde no tuviera que enfrentarse a la carne y donde Misato se sintiera cómoda. Asuka será difícil y, a menudo, complicada de tragar. Pero está lejos de ser mala persona.

Shinji, entre tanto, por fin puede contestar a la pregunta que le ha hecho a los demás. Incluso si es someterse a lo que los demás esperan de él o plegarse a una relación cuanto menos tóxica. Sin duda él no lo encuentra así, como niño pequeño que es:

—… creo que quizás piloto a la EVA porque quería escuchar esas palabras.

Parece algo hipócrita por parte de Asuka que se quede desconcertada, pero creo que hay que verlo como que ella entiende que solo quería esas palabras concretas. Un diminuto reconocimiento. No es comparable a lo que Asuka busca (además de que para ella, según su forma de verlo, lo que hace no es pasivo. No es mendigar nada, sino forzar a los demás a que reconozcan su talento. Sin duda para ella es diferente a lo que busca Shinji). ¿Cómo puede ser tan tonto? Su padre debería darle ese reconocimiento siempre. No debería conformarse con algo tan pequeño.

Pero ah, todos son tontos en Evangelion. Y a veces los tontos son más felices. Si Shinji está feliz porque por fin, tras años de abandono, su padre se ha dignado a reconocer que ha hecho algo bien… ¿Podemos reprochárselo? Quizás, desde su punto de vista, sea un paso más para poder acercarse a su padre en el futuro y reparar su relación. Una compleja e intrincada relación, donde el mayor obstáculo a saltar es la enorme distancia.

En situaciones así, incluso un diminuto paso como ese… parece un milagro. Claro que para mi gusto en el siguiente episodio pasará algo aún más milagroso: una persona vencerá a un Ángel sin necesidad de una EVA.

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